SIN TREGUA Y SIN MENGUA

SIN TREGUA Y SIN MENGUA

 

Me da a mí que la Irene, Irena o Ireno,

Entre otras muchas dotes que luce la moza,

Dado que el primer nombre lo tiene mucha gente,

El siguiente es de pena y el último huele a cieno,

Es una Ministra tal como una carroza

Obsoleta, abandonada bajo un puente,

A expensas de que una riada imprevista,

La sorprenda sobando y la perdamos de vista;

 

Pero a lo Alberti la paloma se ha equivocado,

Puesto que su antiguo oficio de cajera,

No lo ha echado en saco roto esta Ministra,

Ministre o Ministro, a pesar que éste ha mutado,

De un sueldo de miseria a la friolera

De miles de euros, está claro que administra

Su hacienda mejor que cualquier otro pijo,

Pija o pije, o lo que sea, su cortijo;

 

Y como el demonio que, cuando no tiene nada

Que hacer, con el rabo mata moscas, la ex-cajera

Es a la sin hueso darle, sin tregua ni mengua,

Para saciar su ansiedad, una inmensa empanada

De diccionario, hasta tal extremo que espera,

Que pronto la Real Academia de la Lengua,

La nombre su Presidenta con la letra “A” de alfalfa,

Reminiscencia del subconsciente de su Macho-Alfa.

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Autor

Salvador Monzó Romero

Salvador Monzó Romero cuenta la feria según le ha ido y según le va, siempre ante la pantalla de la Televisión, reivindicando desde su sillón-bol, un tanto escorado a la derecha, su derecho a la crítica mordaz y ácida, pero con carácter moralizante.

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