Ellos más bien hablan poco,
Y ellas hasta por los codos,
Y, si no con malos modos,
Con lo de ¡qué viene el coco!,
Mandando callar a todos
Y todas, pero no a todes,
Pues, como los incomodes,
Les negarán su apoyo,
Y el Sánchez, ya en el hoyo,
Dormirá con el … ¡te jodes!;
No pueden tener acceso
Del Sánchez al Sacro Imperio,
Quienes preguntan en serio
Porqué cubre con exceso,
Con el manto del misterio,
Con nuestros euros qué hace;
A quien no le satisface
Que pregunte de tal grado
Lo que no de su agrado,
Sin más, lo manda al desguace,
Y al tiempo a su portavoz,
Que sonriendo nos diga,
Que les importa una higa,
Sin soltarnos una coz,
Aunque Dios no la bendiga,
Que les acusen los Medios,
No afines a sus remedios,
De ponerle un baldón
A la Libertad de Expresión,
Y rechazar sus asedios;
Tal como su San Martín
Al cerdo, también su fin
Le llegará al paladín
Del fraude, cual el trajín
Convirtiendo en su fortín
La Moncloa … Parlanchín,
Sabiendo hasta latín,
No traduce que el botín,
Que habrá tras su festín,
Tan sólo … ¡será serrín!.