A mí lo de ayer en el Congreso, hete,
Desde luego, que no me huele a rosas;
Más bien, a lo que me huele es a fosas,
Aunque en el Libro Gordo de Petete
No se dé curso legal a este billete:
Sí, el de rectificar cuando las cosas
Han salido tal y como mariposas
Sin alas, a revolotear en un brete;
Cuando un albañil, una de las losas,
Por no colocarle bien, se compromete
A ponerla en su sitio, y arremete
La aparejadora con que las baldosas
No se mueven, … ¡craso error!, sobran más glosas:
Lo de ayer en el Congreso, … ¡huele a retrete!.