El Libre Mercado y la Paz Mundial

El Libre Mercado y la Paz Mundial
Putin / Economía PD

La invasión de Ucrania ha sacudido al mundo occidental, tan civilizado y políticamente correcto que, perdido en laberintos de cero emisiones y productos ecológicos, no sabe muy bien cómo responder frente a las explosiones de misiles que destrozan la vida de cientos de inocentes.

Ante todo, es importante no perder la perspectiva y analizar con frialdad los hechos y datos económicos. Es aquí muy oportuna la reflexión que hacía el Premio Nobel de Economía Friedrich Hayek sobre los regímenes totalitarios. Tal y como señalaba en su libro Camino de Servidumbre son estos los que promueven las guerras, en cambio, los países donde prevalece la Libertad de sus ciudadanos, viven en paz. Esto no ocurre solamente porque el Liberalismo tome como punto de partida el respeto a los demás, sino porque implica el establecimiento del libre mercado y la libre iniciativa y nadie en su sano juicio, intentaría matar al vecino, un cliente potencial que puede dar mucho juego en los negocios.

Es preciso recordar que el Liberalismo, cuyo inicio se sitúa en 1609 cuando Juan de Mariana definió la inflación y sus consecuencias nefastas sobre la Economía (lo cual le valió ir a la cárcel) apareció como movimiento crítico hacia un régimen autocrático, la Monarquía absoluta, que, al igual que Putin, negaba la libertad a sus ciudadanos y se endeudaba al infinito, promoviendo guerras para tapar el desastre económico.

En el fondo la respuesta es la misma ante un mismo problema. El PIB ruso poco superior al de España, no lograba recuperarse de la crisis causada por la pandemia y su principal socio estratégico que es China, está aún más tocado porque tras la Covid, se le ha venido encima una gravísima crisis financiera iniciada con la quiebra de Evergrande, una de las mayores empresas del mundo, que acumula unos pasivos totales de 300.000 millones de dólares.

Esta inmensa deuda fallida, ha tenido que ser asumida por el gobierno chino para salvar su sistema bancario ya que son sus bancos los tenedores de bonos. Es curioso que el afán bélico de Putin coincida con el pinchazo de la burbuja china. Aquí es donde se ve cómo entra en acción el mercado como infalible regulador de la paz.

Tras las sanciones financieras impuestas, Rusia puede cobrar en dólares la energía que le vende a Alemania, con lo cual hace caja, pero no puede importar legalmente en dólares. La guerra provoca una subida de precios que a corto plazo favorece a Rusia, porque ingresará más dinero y por tanto podrá cubrir el agujero que China le ha hecho con la deuda.  A medio plazo, quizá un año como mucho, Rusia tiene que negociar un estatus quo en Ucrania para que se levanten las sanciones y pueda importar pagando en dólares, la maquinaria que necesita para seguir produciendo y cobrando.

Será, por tanto, una guerra corta y más bien impulsada por factores financieros como el porcentaje de deuda rusa y china sobre PIB, así como el arbitraje de tipos de interés entre Estados Unidos y el Yuan. Si se maneja con acierto por los Bancos Centrales, se puede salir airosos y firmar un acuerdo de paz, que será en el fondo un acuerdo económico. China habrá ganado tiempo para arreglar sus maltrechas finanzas y Rusia tendrá que aceptar que de momento con el Rublo no va a llegar muy lejos frente al Dólar y el Euro.

Almudena Gómez de Cecilia

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