La vida que hoy tenemos tal se desarrolla,
que la hemos convertido en una expectativa
de una vida mejor, pues ésta, a pan y cebolla,
y encima a tope con el vinagre del IVA,
¡coño!, ni se muere padre, ni comemos olla;
Donde se vive de puta madre, y el futuro
negro que nos atormenta no les preocupa
lo más mínimo, puesto que no pagan ni un duro
de luz, y quien más quien menos, es un okupa,
libre de impuestos, como de cualquier otro apuro,
es en la Cañada Real, donde cada uno
hace con su vida lo que le da su real gana,
sin semáforos y sin obstáculo alguno,
que les impida circular en coche, mañana
y noche, mejor que por el entorno de Neptuno;
justo donde las palabras se las lleva el viento,
pues los que dictan leyes viven tal como reyes,
parapetándose contra cualquier mal evento,
haciendo ramales para atar cabras y bueyes …
En román paladino: ellos a vivir del cuento,
y los demás, los legislados, tal como greyes,
a callar, que por eso ellos son … ¡El Parlamento!.