La personalidad aragonesa, que tanto aireamos los maños,los oscenses y los baturros,se supone que apoya la actuación del Presidente aragonés respecto a la presentación de la candidatura para los Juegos Olimpicos de Invierno 2030,frente a la de nuestros molestos vecinos instalados en la Generalidad de Cataluña.
Parece ser que la mayoría de los devotos de la Virgen del Pilar creen que Lambán no es mala persona, a pesar de estar tan enredado en su envoltorio político y aunque otra mayoría de votantes lo vea como muy silvestre en su imagen y demasiado dúctil o contemporizador ante los aragoneses.
Por lo anterior y lo presente, creo que ese peculiar carácter de todo aragonés le indica y le pide, e incluso otras conciencias menos temperamentales le ruegan, que un dirigente de Aragón no se puede reunir y mucho menos pactar con una cuadrilla de liantes, farsantes y tramposos colocados al frente de una sociedad en parte querida y en parte despreciada, colectividad que en su totalidad está tristemente acosada por sus representantes.
Por todo eso y en cualquier caso, la DGA debe tratar únicamente con el COE pero con la precaución de que incluso esta asociación, por su proximidad a la Moncloa, no pueda ponernos al pie de los caballos y posiblemente, procediendo así, hasta el pico del Aneto se lo agradecerá al Presidente maño.
Si hay que seguir tirando de los trineos con perros en lugar de con asnos, ¡tiremos sin reblar!, procreemonos para aliviar el esfuerzo y recordemos el culebrón de los bienes religiosos para evitar que, ahora y hasta con las nieves del 2030, nos tomen el pelo y nos engañen desde la Generalitat, e impedir que a nuestro Presidente le hagan bailar la sardana con el cachirulo en el bolsillo, al igual que como a algunos anteriores dirigentes aragoneses.
