Estaba yo en que todas las Democracias
Eran iguales, o tenían un parecido;
Pero, como el mal tiempo que solo desgracias
Acumula, lo que pasa es que cada Partido,
Político se entiende, tiene la suya propia;
Las de unos, los más, tal y como un ejido,
Donde lo único de provecho que se acopia,
Es lo que da de sí la tierra quemada: … ¡abrojos!;
O en el mejor de los casos, una fotocopia
De un Paritorio tan solo para antojos,
Que a los “non natos”, no están por mecerles la cuna …
Esta es la Democracia, sí, … ¡la de los Rojos!;
De esta Democracia otra cara es una
Dictadura en pie de guerra contra cualquier
Partido, que tal y como los de Fuenteovejuna,
Defienden al Rey y, con la ley, ostenta el Poder …
No la suya, la que incendia las calles y arrastra
A la masa inculta mientras pueda joder
La marrana … ¿O no es así, señora Lastra?.