Con pócimas y ungüentos que alivian, ¡leche!,
Pero que no curan, si a este Gobierno
No hay quien que, con agallas, al infierno,
Con todas las de la ley que no lo eche,
Mal vamos … Como uno no se estreche
El cinto, -ni con tanto amor materno
De Ministras, ni a la vez el paterno
De Ministros, que a la par van-, y sospeche,
Por un momento solo, que lo del cuerno
De la abundancia para algo aproveche,
Va dado, puesto que se lo lleva tierno …
Siendo esto no más que empezar, que apeche
Con la certeza de un futuro eterno
Y apretado … ¡como sardina en escabeche!.