En un Gobierno de coña,
Quien más pinta es la Begoña;
El Sánchez, viéndola hermosa,
La ha tomado por esposa;
Y en mentir quien es la estrella,
No se sabe si él o ella;
Que no son parece ahora
El Rosario de la Aurora;
Pero ambos dos lo mismo
Nos arrastran al abismo;
Puesto que amores tan tiernos
Suelen acabar con cuernos,
Políticamente hablando,
Cuando deje de estar blando
El colchón de la Moncloa,
Porque tanto amor lo roa,
Y, convertido en escoria,
Aquí paz y después gloria;
Y una petición y acabo:
Por si al salir me lavo, …
¡Dejen abierto el lavabo!.