Tal como el papel lo aguanta todo,
El tal Sánchez es un extenso valle,
O, en caso, una estrecha calle,
Tras una tormenta, con tanto lodo,
Que cruzar uno u otra, no hay modo;
Mas, de su endiosamiento viendo el talle
Que ostenta, por más de una bocacalle,
O del terreno por algún recodo,
Va a ser que alguien, mientras no encalle
De su ego el transátlántico, halle
En sus bodegas un buen acomodo,
Y, desde su puesto, tire y no falle,
Quedando, entre sus odres, beodo,
En posición … ¡de roerse un codo!.