Además de Presidente del Gobierno,
Que no es moco de pavo, es un ente
El Sánchez, desde luego, sorprendente,
Que, muy a menudo, nos manda al cuerno
De la abundancia con frío de invierno,
Para que, cuando le hinques el diente,
No tan solo las tripas, también la mente,
Nos hiele en nuestro foro interno;
Consciente de hallarse en cuarto creciente
La luna de su descalabro, ¡coño!, se siente
Al raso, soplando a tope el galerno;
Helado el corazón, le da un repente
Y convierte la Moncloa, dulce y tierno,
Del suyo en el Gobierno de la gente,
Y, como una suegra a un mal yerno, …
¡Lo cobija en casa forzosamente!.