Nadie manche el nombre
De una mujer o de un hombre,
Pues, ofendiendo, poco o nada se alcanza;
Cada quien con el papel
Que le va a ella o a él:
El de una Quijote o el de Sancho Panza;
Que haberlas haylas,
Según con quien bailas,
Sea ella hombre, o él sea mujer;
De todo hay en piña
De Dios en la viña,
Sin que se sepa con quien hay que joder;
Al paso que vamos,
Igual nos pasamos
A otra vida sin dejar descendencia;
Cerca está el arcano
Del género humano,
Por obra y gracia de tanta indecencia;
Si adalid insigne,
Bien que lo designe,
No es otro que el atroz Comunismo,
Que, con el Podemos,
Tal como lo vemos,
Raudos nos están llevando al abismo;
Este panorama
De algodón en rama
Es el de esta gente, del que no me libro,
Según mi leal saber,
Como a mi entender,
De dar fin a éste, y empezar otro libro
De versos por doquier,
Para cualquiera o cualquier,
Que, sin más, porque sí, nos quiere
Joder la guarra, sin tener
En cuenta, hombre o mujer,
Que éstas, no otras, … ¡son las cosas del querer!.