- ¡NO DICEN NI PÍO!
(09.05.25)
Cántara él y ella botijo,
Para un trago de agua o de vino,
Que ambos son iguales, fijo:
El tal Maestre un pijo,
Y la Almeida, con su más que supino
Brío mental, la nada es su mejor alijo;
Hoy a los jóvenes les sobra inquietud,
Y en igual medida les falta alegría,
Y como para remediarlo no hay tu tía,
Convierten en vicio lo que es virtud;
No digamos a los viejos,
Si no de carnes, desde luego, de seso,
Que la juventud ven lejos;
Que, hinchados sus pellejos,
Fuera les falta el ¡pues eso!,
Les sobra dentro su paso de cangrejos;
Dicho lo cual, lo de la ¡Juventud,
Divino tesoro!, de Rubén Darío,
Tal que hoy, es ya tan gran desvarío,
Como convertir la cuna en ataúd,
Y de su tesoro, … ¡no decir ni pío!.