Más que palabras.- Vistaalegre está triste.

MADRID, 11 (OTR/PRESS)

Vistalegre, ese icono de la victoria socialista, ese lugar en el que Zapatero ha sido tan feliz y se ha dado gratificantes baños de masas se ha convertido en el símbolo de la derrota, de la desorientación y el desencanto que está haciendo mella y ¡de que modo¡ entre los dirigentes socialistas. Da igual si ha sido José Blanco o no el padre de la idea de suspender el «macromitin» de Zapatero, o si han sido los «barones» quienes se han llevado ¡el gato al agua! en su deseo de esconder al líder.

El hecho es que si lo que se pretendía era enterrar, al menos momentáneamente, el debate de la sucesión para dejar paso a los logros de terruño de cada uno, han conseguido un efecto boomerang. No se habla de otra cosa porque la explicación ha sido escasa y la especulación desbordante. Está muy bien que los partidos políticos se aprieten el cinturón, pero nadie se cree a estas alturas de la película que esa decisión se haya tomado por motivos de austeridad. Es cierto que llenar un aforo de 20.000 personas cuesta dinero pero sobre todo esfuerzo y cuando el desánimo cunde y hay espíritu de derrota no es fácil movilizar a la gente para arropar a un liderazgo que se tambalea.

«Vistaalegre» es » Vistatriste» porque muchos no creen que si un líder decide autoinmolarse -aunque lo argumente apelando a su gran generosidad y a su intención de quemarse en el camino aun a costa de perder su poder- deba arrastrar al abismo a todo un partido.. Tal vez Zapatero, como dicen muchos, está en su mundo y se ha fabricado una realidad que no existe, pero quienes le rodean hacen mal, muy mal, en mantenerle en la jaula dorada y confortable de la Moncloa y no dejarle que compruebe por sí mismo el frío que hace en el exterior. La decisión de que él marque y maneje a su antojo el tema de la sucesión sería aceptable si las encuestas pintaran bien y él fuera capaz de decir «adiós» dejando un partido entero y no hecho trizas como puede ocurrir. El más sensato de todos ellos fue Felipe González, cuando advirtió que cuánto mas tiempo tarde el líder en deshojar la margarita, menos libre será para tomar la decisión. El expresidente hablaba por propia experiencia, por las veces que el quiso marcharse y no le dejaron hacerlo, pero sobre todo esa reflexión es un aviso en toda regla en el sentido de que dilatar en el tiempo una decisión de ese calado puede tener consecuencias muy indeseadas.

Tienen razón los candidatos a las elecciones municipales y autonómicas cuando expresan su deseo de ser juzgados, bien por la gestión que han realizado bien por sus propuestas programáticas, pero tal como está el país es muy difícil que los ciudadanos a la hora de emitir su voto se olviden de lo que está haciendo el partido que representan y por lo tanto la bofetada la recibirán en su cara, aunque no sea la cara apropiada. José Blanco puede diseñar la estrategia electoral que desee ¡faltaría mas¡ pero é sabe mejor que nadie, por las encuestas que maneja, que el batacazo puede ser de tal dimensión que les obligue no solo a cambiar de cartel electoral para las generales del año que viene, sino también a plantearse una convocatoria anticipada de las mismas.

Aunque lo intente con todas sus fuerzas es imposible que se desvíe el foco con la imagen fija en el inquilino de la Moncloa, hacia la administración que nos debería ser mas cercana. Vistalegre es Vista triste porque del triunfo a la derrota hay un abismo y muchos de los que se arrimaron a los socialistas al olor de las sardinas del poder, están ya en desbandada y buscándose la habichuelas en otros caladeros.

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