Este 14 de enero de 2015, escribe Juan M. Blanco en Vozpópuli una columna titulada ‘Islamistas frente a acomplejados’ en la que arranca diciendo:
El terrible atentado de Paris contra Charlie Hebdo ha sido una llamada de atención sobre la amenaza islamista, un aldabonazo para una opinión pública sumida en profundo letargo. Y un revulsivo para las conciencias de una sociedad europea excesivamente autocomplaciente, inmadura, cobarde, acostumbrada a infravalorar los peligros, a considerarlos lejanos o ajenos.
Añade que:
El islamismo ha encontrado un estupendo caldo de cultivo en una Europa, y particularmente una España, donde cunde el paternalismo y predomina la dinámica de grupos, el clientelismo, el intercambio de favores. En una sociedad que se ha vuelto extremadamente insegura, miedosa, hasta asustarse de su sombra.
Y concluye que:
Para doblegarnos, el terrorismo islamista pretende infundir el miedo a morir. Sabemos, sin embargo, que moriremos de cualquier modo. Y que solo vale la pena una vida con libertad, con dignidad; no una triste existencia de súbditos o esclavos.