Bokabulario

Una bofetada de sentido común

Este domingo, Fernando Savater se ha enfrentado a uno de los tópicos del imperio progre bajo el que gemimos. El catedrático de Filosofía publicó en El País un artículo en el que defendía que una bofetada a los niños cuando éstos se exceden en su comportamiento es un elemento educador.

… no menos dañino a la larga es que crezcan en la falsa tolerancia de quienes no saben o no quieren enseñarles las restricciones que impone -sí: impone- la convivencia civilizada. De tal modo que luego, en la adolescencia, se conviertan en perturbadores asilvestrados que ni estudian ni permiten el estudio de los demás en las escuelas o que pasen su tiempo persiguiendo en jauría a sus compañeros o maltratando a las chicas, como entrenamiento de lo que mañana harán con sus parejas.

En mi opinión de padre, tan importante como la lengua, las matemáticas y la historia son las buenas maneras y la corrección, hasta llegar a la bofetada, el azote o el cachete si es necesario.

En los próximos días, lloverán las cartas al director de oenegeros y sensibleros profesionales, como el Defensor del Menor de la Comunidad de Madrid. Quien actualmente ocupa ese enchufe, Pedro Núñez Morgades, comparte con Javier Urra esa creencia irracional de que el niño es un ser de cristal al que los adultos manchan si le levantan la voz. Núñez ya dijo en noviembre de 2004 que era partidario de prohibir cualquier tipo de castigo corporal a los niños. Por supuesto, tanto Núñez como Urra se oponen a que los cada vez más abundantes menores asesinos, como los que mataron a Sandra Palo (violada, quemada y atropellada hasta la muerte) vayan a la cárcel. A ambos los nombró Alberto Ruiz Gallardón.

Para juzgar la educación que nos han legado los socialistas (José Antonio Maravall, Javier Solana, Alfredo Pérez Rubalcaba, Álvaro Marchesi y la pedagoga Marta Mata, que a sus 78 años sigue dando la lata en el puesto de presidenta del Consejo Escolar del Estado) basta asomarse por los institutos.

Desde hace décadas, se está aplicando una política educativa con principios idénticos a los que inspiran el derecho penal de los progres: lo ideal es llevarse bien; no hay que castigar; la culpa es de la sociedad

Como el artículo de Savater se ha publicado en El País, seguro que muchos de sus lectores aceptan, por esta vez, que el sentido común se imponga a la ideología.

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Autor

Pedro F. Barbadillo

Es un intelectual que desde siempre ha querido formar parte del mundo de la comunicación y a él ha dedicado su vida profesional y parte de su vida privada.

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