Enhorabuena a Rodríguez por su visita a Ceuta y Melilla. Empecemos diciendo que no es cierto, como dice el titular del vídeo de CNN+ que aparece en El País, que sea el primer presidente del Gobierno que visita las dos ciudades españolas. ¡Con tanto jabón, los periodistas de cámara resbalan!
Sin embargo, me temo que el viaje no pase de una campaña de imagen. La prueba para mí es que Rodríguez cuenta como asesor personal con el diplomático Máximo Cajal, al que ahora ha designado su representante en la Alianza de Civilizaciones. Este intérprete que fue de la entrevista entre los generales Franco y De Gaulle tiene opiniones sobre la política internacional y nacional de España que contradicen la doctrina de la ONU y la Constitución Española. Algunas de sus propuestas, enunciadas en su libro Ceuta, Melilla, Olivenza y Gibraltar. ¿Dónde acaba España?, las he recogido en mi Diccionario, sin añadir ni una palabra.
CEUTA Y MELILLA: “Son una afrenta permanente a la integridad territorial del país vecino, sin que quepa al respecto invocar el argumento de sus respectivas poblaciones (…). Madrid tiene que dar comienzo a una reflexión conjunta con Rabat sobre este delicado asunto, recogiendo de una vez la oferta que en su momento hiciera el rey Hassan II (…). El destino futuro de Ceuta, Melilla, los peñones de Alhucemas y de Vélez, y de las Chafarinas, viene impuesto también por la Geografía, como sucede con Gibraltar, pero sobre todo por un nuevo imperativo ético que corresponde a un nuevo concepto del orden internacional. Una reflexión que (…) desemboque en soluciones razonables y aceptables para ambos países, pero sin regatear por parte española, cualesquiera sean sus modalidades y plazos su definitiva marroquinidad” (págs. 28-29).
REPÚBLICA ÁRABE SAHARAUI DEMOCRÁTICA: “Mini-Estado de más que dudosa viabilidad, enfeudado en Argelia, en el bajo vientre marroquí, frente al archipiélago canario, seguro factor de desestabilización del conjunto del Magreb. (…) A España no le conviene en absoluto una RASD enclavada en la frontera meridional de Marruecos, y a este imperativo deberíamos atenernos” (pág. 28).
Para este funcionario español, los ceutíes y melillenses que le pagan su sueldo deben hacer las maletas y marcharse a la Península o quedar bajo una dictadura atroz.; además, el Gobierno socialista debe incumplir la doctrina de la ONU sobre el referéndum de autodeterminación del Sáhara. ¿Por qué este funcionario acepta y promueve las tesis expansionistas marroquíes?
Con semejante asesor, la visita de Rodríguez a Ceuta y Melilla se limita a una sesión de fotos.
