No es Rodríguez el único dirigente irresponsable que coquetea con populistas como Evo Morales y Hugo Chávez. También lo hace el corrupto presidente de Francia.
Jacques Chirac es un hombre tan egoísta que no admite que nadie le haga sombra, ni en el extranjero ni en su partido. Ha empleado los servicios secretos para espiar a su rival, el ministro Sarkozy -por cierto, vinculado al PP y a Aznar, lo que es interesante por lo que explico a continuación.
En política exterior, el masón Chirac pretende que toda Europa acepte a Francia como dirigente máximo de la UE. Por demagogia, encabezó la oposición a la intervención anglosajona en Irak. Cuando Aznar ejecutó, por fin, una política exterior libre de los deseos y antojos de París, Chirac boicoteó a España. Aznar le atribuye responsabilidad en la ocupación de Perejil por Marruecos.
Chirac también desbarató el proyecto de Madrid de supeditar la ayuda económica a los países africanos al control por éstos de la inmigración ilegal. Sorprende que tanto Chirac como Rodríguez, paladines de la legalidad internacional, apoyen al despótico sultán para que se quede con el Sáhara Occidental y pueda ingresar en la UE.
Pues Chirac acaba de hacer otra de sus gracias. Morales afirma que el francés le ha dicho en Viena:
«Evo, le estás devolviendo el honor a tu pueblo, felicidades que ya era hora. (…) Después de más de 500 años, un presidente indígena decide devolver el honor a su pueblo; no le hagas caso a la prensa»
Chirac, como Rodríguez, tiene el don de crear problemas por donde va.
¿Cuáles pueden ser las razones para este comportamiento? ¿El complejo de europeo burgués ante el pintoresquismo extracontinental?, ¿intenciones de aumentar las preocupaciones para Estados Unidos?, ¿o es el odio y la envidia a España?
Ya se sabe que el odio es una fuerza poderosa, más que el dinero. Entre las petroleras expropiadas por Morales hay una francesa: Total. A Chirac le mueve más su sectarismo ideológico que los intereses de los accionistas franceses de Total… que también son votantes.
