La creencia de que las personas actúan con racionalidad y para cuidar de sus intereses no pasa de ser una entelequia. Ahí están los inversores en chiringuitos financieros y los lectores de El Código Da Vinci. ¡Miles de personas dispuestas a creerse cualquier cosa!, ¡y cuanto más absurda sea, más popular es!
Para conocer en su exactitud las mentiras de Dan Brown, aconsejo el libro de mi amigo José Antonio Ullate La verdad sobre El Código Da Vinci. Le entrevisté para Minuto Digital y reproduzco algunas de sus respuestas.
La mentira fundamental es la negación de la veracidad de la Iglesia: Jesucristo no es Dios. El reverso de esta negación es la adhesión a un culto feminista de naturaleza gnóstica. De ahí se deducen toda la interminable lista de errores particulares: que Jesús estuvo casado con María Magdalena, que tuvieron descendencia carnal, que esa descendencia prosigue todavía hoy, que la Iglesia es una vasta conspiración para acallar un supuesto culto a «la diosa»…
Lo que intento explicar en mi libro es precisamente que no basta con refutar la abultada lista de errores, sino que hay que reflexionar sobre por qué tantos errores han sido buscados y creídos por tantos. En realidad, lo más desastroso es que hoy en muchas personas hay una sed de una religiosidad de «bendiga» una forma de vida irresponsable y, lógicamente, para todos los que buscan una aprobación incondicional de su forma de vivir la Iglesia aparece como una madrastra. Muchos están ansiosos por escuchar o leer cualquier enormidad sobre la Iglesia.
Ah, para los que dicen que el libro es sólo una novela, recuerdo que, al principio de éste, Brown afirma que todos los datos que da son ciertos.
Yo puedo admitir que quien te ofrece el conocimiento y la salvación te los dé de forma gratuita, como la Iglesia, o que te pida la entrega de tu vida, ¡pero no que lo haga a cambio de 30 euros!
