La Marea de Pérez Henares

Algunas precisiones al seudoecologismo asfáltico

Me conformaría con que una parte de la población urbanita y asfáltica , presuntamente concienciada en la conservación y defensa de la naturaleza llegara a cuestionarse ,al menos, estas cuatro cuestiones que les planteo a continuación. Con solo ello, habriamos dado un gigantesco paso.

LOS CIERVOS NO HABLAN. BAMBI HASTA POR LOS CODOS.DISNEY MIENTE.
La falsificación de la vida natural, la conversión de su devenir y supervivencia en una sarta de cursilerias cargadas de memas moralinas ha dado lugar a una asumida y barata filosofía de consumo masivo , el “disneyecologismo” basado en el amor universal y fraternal entre todos los animales tan solo perturbado por algunos hombres malignos y algunos otros bichos malos. Tergiversa de origen, de fondo y de raíz toda su verdad, su belleza, su salvajismo, su amoral, aunque homicida inocencia, e impide la comprensión a millones de urbanitas cada vez mas desconectados de ella pero que , asumiendo tales sandeces, y la de la incontable caterva de seguidores, como manual y pensamiento, se autoestiman por ello como los grandes y avanzados amantes de la naturaleza y de los animales .

LOS LEONES NO COMEN MANI. NO SON AMIGOS DE LOS JABALIES NI DE LOS ANTÍLOPES.
La división en buenos y malos de mundo animal, el ocultamiento de su esencia y de su realidad cotidiana, para eliminar de la vista sensible los comportamientos “no políticamente correctos” de los pobres bichos, sean mamíferos carnívoros o predadores alados, implica, más allá de la ignorancia y la estupidez que en si mismo supone, una perversa manipulación y un auténtico lavado de cerebro.

LOS LINCES NO COMEN CARTELES.
Ni se alimentan de radiotrasmisores, ni sobreviven a base de discursos. Comen, casi exclusivamente conejos. El exquisito felino está enganchado al conejo. Y como los conejos han desaparecido casi por completo de muchos lugares debido a la mixomatosis y a la hemorragia vírica y no se han llevado a cabo políticas de repoblación necesarias, pues los linces han pasado de unos mil por los años 80 a menos de 200 en la actualidad. Eso si protegidísimos durante estos últimos 25 años. Y pregonados por doquier. Pero muerto, literalmente, de hambre. Los hemos dejado morir de hambre.

PARA COMER JAMON NO HAY MAS REMEDIO QUE MATAR COCHINOS
Y quien dice jamón dice pechuda, o filete o bonito en escabeche.

Con estas solas premisas quizás luego podamos incluso ponernos de acuerdo en algunas cosas y no pensar en la caza como algo satánico propio de asesinos sicópatas.

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Autor

Antonio Pérez Henares

Ejerce el periodismo desde los 18 años, cuando se incorporó al diario Pueblo. Ha trabajado después en publicaciones como Mundo Obrero, Tiempo, El Globo o medios radiofónicos como la cadena SER. En 1989 entró al equipo directivo del semanario Tribuna, del que fue director entre 1996 y 1999. De 2000 a 2007 coordinó las ediciones especiales del diario La Razón, de donde pasó al grupo Negocio, que dirigió hasta enero de 2012. Tras ello pasó a ocupar el puesto de director de publicaciones de PROMECAL, editora de más de una docena de periódicos autonómicos de Castilla y León y Castilla-La Mancha.

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