La Marea de Pérez Henares

El fuego no se apaga con Estatutos

A los políticos se les da mejor prender Estatutos que apagar incendios.

El fuego que socarra nuestra tierra es una catástrofe nacional que se soslaya con palabrería ecologista y leyes calentonas e inútiles pero que no se afronta, en verdad como lo que es, como una situación de emergencia nacional que nadie se atreve a decretar y a poner remedio de una maldita vez. Incendios hay por todo el mundo y nuestra zona mediterránea es aun mas proclive pero prevenirlos, combatirlos y atajarlos es algo que también se ha aprendido a hacer y que puede hacerse mejor, mucho mejor de lo que hoy se hace.

El problema es nacional y las llamas demuestran todos los días que no entienden ni de líneas fronterizas ni de protocolos autonómicos ni de quien es el gobierno de la Comunidad. La respuesta, pues, ha de ser Nacional, centralizada, unificada en recursos y con capacidad inmediata de reacción y actuación masiva . Y si para ello hay que cambiar la ley y las competencias pues se cambian. La leyes están para resolver las cosas y no para entorpecer su solución, aunque haya quienes crean y practiquen lo contrario. Que por una coma en no se que sitio no pueda intervenir el Ejercito y tenga que limitarse a mirar parece lo que es: un esperpento. Un intolerable esperpento.

Los fuegos se pagan en invierno, si, pero también cuando empiezan a arder. Entonces son mas fáciles de sofocar que cuando tienen frentes kilométricos. O sea, que los medios hay que ponerlo a tope al principio y pecar ahí por exceso es virtud. Si se golpea con “todo” al principio será la fórmula de que ese todo sea insuficiente ya al otro día.

Algún día este siniestro verano acabará y puede que hasta vuelva a llover un día. Antes y para esperar preparados la oportunidad , los gobernantes de España tienen la inexcusable obligación de decirnos y de poner en practica un verdadero plan contra el fuego. Necesitamos verlo y verlos a ellos trabajar Con sentido común , hablando mas con quienes se patean el terreno que con quienes se lo saben de leidas, comprometiendo a la sociedad entera, comenzando desde ya una inmensa campaña de limpieza de bosques, de apertura , ensanchamiento y acondicionamiento de cuantos cortafuegos sea preciso, dotándose de cuantos medios humanos (retenes y brigadas especializadas y fijas) , poniéndose, en suma, de una vez por todas a trabajar este otoño, este invierno y la primavera que viene. La sequía puede ser inevitable. El fuego lo podemos evitar entre todos, aunque nuestros políticos se tengan que olvidar por un ratito de reformar ese estatuto de autonomía que solo les interesa reformar a ellos.

Nota: ¿Saben lo más triste?. Este artículo es del año pasado.Lo escribí conmocionado aún por el incendio de Guadalajara. No ha habido que quitar ni una coma .Nada hemos aprendido. Lo que podía aplicarse entonces sirve exactamente hoy para Galicia y Cataluña. Y seguirá siendo exactamente igual el año que viene. Nuestros políticos ante los verdaderos problema dan, simplemente, asco.

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Autor

Antonio Pérez Henares

Ejerce el periodismo desde los 18 años, cuando se incorporó al diario Pueblo. Ha trabajado después en publicaciones como Mundo Obrero, Tiempo, El Globo o medios radiofónicos como la cadena SER. En 1989 entró al equipo directivo del semanario Tribuna, del que fue director entre 1996 y 1999. De 2000 a 2007 coordinó las ediciones especiales del diario La Razón, de donde pasó al grupo Negocio, que dirigió hasta enero de 2012. Tras ello pasó a ocupar el puesto de director de publicaciones de PROMECAL, editora de más de una docena de periódicos autonómicos de Castilla y León y Castilla-La Mancha.

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