¿Qué le pasa al ABC para que su director y algunos de sus columnistas arremetan contra la COPE?, ¿es que sus lectores y los oyentes de la radio no son –o eran– los mismos?
Darío Valcárcel publica hoy una columna en ABC sobre la situación política en Polonia. El columnista tiene la misma opinión al respecto que los fabricantes de opinión de la SER y de El Faro del islam: los gemelos Kaczynski son unos fachas insoportables, que quieren expulsar de la vida política a los comunistas y a quienes colaboraron con ellos. Al final, mete con calzador las siguientes frases:
Los hermanos Kaczynski apoyan y se apoyan en Radio María, emisora utilitariamente nutrida de la esperanza de las gentes. Algo parecido, aún más repugnante (sic), ocurre con la Cope española, la radio que propone cada día la guerra civil.
Este lenguaje está bien para los editoriales de El País y de El Periódico de Cataluña, así como para los programas de los titiriteros en Cuatro, La Sexta y la SER. La izquierda ya no debate, cocea. A gentuza como Boris Izaguirre el PP le parecía «más antidemocrático» que la ETA y todos los fabricantes de opinión de los medios citados, con alguna excepción, callan ante los métodos nazis de Esquerra Republicana y del PSC para imponer el monolingüismo en Cataluña. Pero, ¿qué gana el ABC acercándose a quienes ocultan su separatismo, su connivencia con la ETA y su corrupción con gritos a los denunciantes –y a los lectores de ABC- de revisionistas, incendiarios y golpistas…?
¿Creen en ABC y en Vocento que van a captar los lectores huérfanos del ex franquista Eduardo Haro Tecglen? ¿O que los tiempos están para que la derecha instalada pretenda, como lleva haciendo desde la transición, olvidar los insultos que reciben ella y sus lectores/clientes/votantes para seguir haciendo negocios?
Pues yo oigo la COPE casi a diario y, la verdad, no creo que Losantos, Vidal y Schlichting hayan dado la situación de los depósitos de armas ni las contraseñas para que nos presentemos en ellos. Tal vez me haya perdido ese programa.
