Bokabulario

La periodista que publica porque es promiscua

Como le pasa a Felipe, el amigo de Mafalda, lo malo de ir con los oídos abiertos es que te llevas muchos sustos.

Estaba escuchando la tertulia de Onda Cero, en la que se hablaba de la entrevista a José María García censurada de manera preventiva (éstos del PSOE son unas fieras de las acciones preventivas; ya montaron la revolución del 34 como medida preventiva frente a un hipotético gobierno fascista, como recuerda el marqués de Paracuellos). Un tertuliano insistía en que era un favor del nuevo director general de RTVE al PP. Aquí el PP tiene la culpa hasta de que no llueva, cuando todos sabemos que la sequía es responsabilidad de Bush.

Surge la discusión sobre la libertad de expresión de los periodistas en los medios de comunicación, en la que una tertuliana dice que ella ha escrito hasta «en las hojas parroquiales» porque es «muy promiscua».

Con la telebasura ya nos enteramos de con quién se acuesta cada miembro de la repugnante casta de los famosotes, pero ¡que lleguemos a estos extremos de sinceridad!

Sin duda la periodista confundió promiscuo con prolífico. El primer adjetivo se aplica a la persona que mantiene relaciones sexuales con otras varias, así como de su comportamiento, modo de vida, etc. Mientras que el segundo se refiere a la persona autora de muchas obras. Seguramente habrá algún redactor, tertuliano y presentador de televisión que haya conseguido su plaza gracias a sus servicios sexuales, pero dudo mucho de que lo admitan en público.

La radio nos trae unos gazapos muy divertidos… y más disculpables que los que encontramos en la prensa escrita.

Si yo fuera decano de una de las facultades de periodismo que hay en Expaña, que creo que no deben existir, convertiría en libro de texto obligatorio el diccionario de la RAE. Pero en vez de estudiar el idioma y de leer, creo que a los alevines de periodista –futuros parados, subempleados o dependientes de tienda- el claustro les instruye sobre los tipos de micrófonos.

Posdata
Santiago Carrillo, genocida de Paracuellos, sobre el golpe de Estado de octubre de 1934, que él siempre llama «movimiento revolucionario»:

el movimiento de octubre fue fundamentalmente una acción defensiva para impedir que lo fracasado por la vía del golpe militar en el 32 triunfara en el 34 por una vía parlamentaria apoyada como he dicho por la corrupción lerrouxista.

¡Una sublevación izquierdista y separatista contra un Gobierno legítimo, que había ganado una selecciones, y que causa 1.400 muertos! ¿No es esto apología del golpismo?
Y si la corrupción en los años 30 justifica un golpe de Estado, ¿también lo habría justificado en los años de Felipe González?, ¿o sólo los progresistas pueden sublevarse?

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Autor

Pedro F. Barbadillo

Es un intelectual que desde siempre ha querido formar parte del mundo de la comunicación y a él ha dedicado su vida profesional y parte de su vida privada.

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