Indubitablemente, Expaña –al menos los que mandan y crean opinión en ella- es el país más tonto, bobo, estúpido y acomplejado de Europa, por encima de Bélgica. Veamos una prueba.
Cuando vemos a los pasajeros de las pateras y los cayucos derrengados por el viaje y los días pasados en el mar, sólo pensamos en su desgracia, pero la lógica compasión oscurece la realidad: esos africanos no son muertos de hambre, sino inversiones en carne y hueso de sus familias, que no vacilan en arriesgar la vida de sus miembros más jóvenes para obtener un beneficio. ¿Y por qué? Porque la riquísima Expaña les tratará a cuerpo de rey. Por ejemplo, la Junta de Andalucía hace de agencia familiar y de empleo para los marroquíes: ha reagrupado en tres años a más de 900 menores marroquíes con familiares en España.
Cuando el 10% de la población española está formada por inmigrantes ya se puede hablar de estos abusos sin que los policías del Imperio Progre te marquen como racista. ¡Hasta el PSOE monta con Ecuador un organismo para fomentar el regreso de los inmigrantes a su país!
Las mafias han abierto en Almería un nuevo filón con el tráfico de menores en pateras. El garantista sistema de acogida español está siendo aprovechado por las redes de la inmigración clandestina, que en los últimos años han puesto en peligro la vida de cientos de jóvenes, con una media de edad de 15 años, con el visto bueno de sus familias y la vista gorda del Gobierno marroquí.
El hecho de que los menores no sean repatriados, al contrario de lo que sucede con los adultos, ha encarecido también el precio de su billete. Los últimos niños que han sido acogidos por la Junta declararon haber pagado entre 1.500 y 1.600 euros por la travesía, dinero que es aportado en la mayor parte de los casos por sus padres.
Cuando la Junta de Andalucía recibe a un menor marroquí está obligada a acogerlo, pues debe comprobarse que no es devuelto a una situación de riesgo. El primer paso es contactar con los padres en Marruecos, puesto que la mayoría de los menores tiene su teléfono. Por lo general, los padres no quieren que sus hijos sean repatriados, pues ellos mismos han pagado, habitualmente, el precio de la travesía. Por ello, suelen ofrecer el número de otros parientes de la familia extensa que ya viven en España, sobre todo tíos o primos. A continuación, la Junta se pone en contacto con ellos y son citados para una entrevista. En ella confirman que se encuentran regularizados en España y que tienen domicilio y trabajo. Luego, los niños son entregados, en un procedimiento similar al que sigue la Junta con españoles en situación de desamparo, pues se trata de que no pierdan los lazos familiares.
muchos de los menores interceptados en julio no tienen «situación de desamparo» y obstaculizan, en consecuencia, la atención a los que sí están en situación de riesgo. Y es que, entre los jóvenes que han llegado el último mes, se encuentran hijos de funcionarios, policías y médicos.
Concusión: no son muertos de hambre. Las familias marroquíes, y el sultán, saben que las Administraciones españolas educarán gratis a sus hijos, los mantendrán hasta la mayoría de edad y les darán privilegios a la hora del acceso a la vivienda y el empleo; por tanto, los mandan para acá. ¿Para qué van a gastar ellos? Y luego, si esas familias tan humanitarias no se trasladan a Expaña, reciben dinero de sus inversiones.
Otro ejemplo es el hospital de Melilla, invadido por los marroquíes de Nador para operaciones y partos, sin que las autoridades españolas garanticen los derechos de los ciudadanos españoles.
¿A que estáis de acuerdo en que Expaña es el país más tonto de Europa?
La siguiente fase del proceso es que, dentro de unos años, el PSOE dará derecho de voto a estos marroquíes. Y después…
