Bokabulario

La persecución de los católicos por los comunistas chinos

Algunos foreros sostienen que en China manda el capitalismo y no el comunismo. El país que va organizar los Juegos de 2008 es la mayor tiranía del planeta, pero a nuestros políticos, empresarios y líderes de opinión no parece importarles. Es lo mismo que comprar petróleo a Irán, Arabia Saudí y Venezuela.

Reproduzco extractos de una entrevista a Mark Miravalle sobre la persecución a los católicos por parte de la dictadura china y el genocidio del aborto.

una mujer que quería dar a luz, a pesar de la prohibición gubernamental, y (…) tuvo que huir en bata del hospital, meterse rápidamente en un taxi llamado por una religiosa católica para poder salvar a su bebé del aborto.

He recibido algunos testimonios de mujeres que fueron al hospital, pasados los nueves meses de embarazo trabajando, pero sin certificado gubernamental de autorización del nacimiento. Tras una consulta a la policía demográfica, el doctor o la enfermera les inyectaron en el abdomen una sustancia que mató a sus hijos. Otras parejas casadas lograron tener el niño en el hospital pero, al volver a casa, encontraron su casa arrasada por el fuego. Otras fueron obligadas a pagar una fuerte multa o, al volver a casa, la encontraron desvalijada, incluidas las puertas, menos la mesa de la cocina.

En algunas aldeas, conocidas por su heroica actitud en defensa de la fe y por mártires habidos por causa de nuestra fe católica, bajo indecibles persecuciones, muchas familias tienen muchos hijos y se hacen públicamente celebraciones eucarísticas y procesiones marianas. Fui a una aldea concreta y entrevisté al párroco sobre cómo era posible vivir de este modo a pesar de la política del hijo único impuesta por Pekín. La respuesta fue: «Aquí estamos unidos. Los sacerdotes están dispuestos a ofrecer la vida por el obispo y la gente está dispuesta a morir, y ha muerto, por sus obispos y sacerdotes, y el obispo es totalmente fiel al Santo Padre. Estamos tan unidos que nos deberían eliminar a todos, pero ahora no lo harán».

«Orad, orad por la Iglesia en China. El dinero puede ayudar pero sobre todo rezad».

La fashionaria (acertadísimo mote), viajó hace poco a China y no defendió a las mujeres obligadas a abortar. En cambio, dio una copita a sus compañeras de sexo para celebrar que una mujer había sido por unas horas presidenta del Gobierno de Expaña. Igual que si las limpiadoras se alegrasen de que Leticia es princesa. Como dijo ella misma, «¡es una putada!».

Al menos, recemos por los católicos chinos.

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Autor

Pedro F. Barbadillo

Es un intelectual que desde siempre ha querido formar parte del mundo de la comunicación y a él ha dedicado su vida profesional y parte de su vida privada.

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