Este año se conmemora el CLXXV aniversario del comienzo del carlismo, el movimiento político más veterano de España. Los carlistas, al menos los más dignos, ya se han empezado a preparar para la efeméride.
Ya sabemos que para la generalidad de nuestros conciudadanos la Historia de España se resume en la España de las Tres Culturas, los Reyes Católicos, la Inquisición, la II República, la guerra civil (no ha habido más que ésa), el franquismo, negro y oscuro como una noche sin luna, Aznar y Zapatero; pero creedme, víctimas de la LOGSE: hay mucho más. La mujer tenía menos derechos en los países liberales del siglo XIX que en la Edad Media. El PSOE de Largo Caballero se opuso al descanso dominical -al igual que los liberales y los nacionalistas catalanes- instaurado por ley por los conservadores porque adormecida a los obreros. Podéis leer este libro.
Otro ejemplo: la guerra de 1936 a 1939 no fue la única civil. Entre 1833 y 1839 se produjo otra entre los liberales y los carlistas que dejó más muertos que la del siglo siguiente.
En esa época nacieron la monarquía liberal y el carlismo, que estuvo a punto de ganar la guerra.
Fue el 2 de octubre de 1833 cuando el administrador de Correos y comandante de los Voluntarios Realistas de Talavera de la Reina, Manuel María González, levantó por primera vez la bandera carlista proclamando en dicha ciudad a SMC D. Carlos V de Borbón como rey legítimo de las Españas. En días sucesivos los levantamientos carlistas se fueron sucediendo por toda la geografía española.
Los carlistas sensatos se han apartado del modelo exclusivamente político y han desarrollado las conmemoraciones culturales y la conservación de su patrimonio. Ya se están preparando para el aniversario, como explican en esta web. También publican algunos boletines, como éste del Círculo Carlista San Mateo, en Madrid.
Un blog tradicionalista que parece la madre de todos los blogs: lo que no está en él no existe.
Más blogs: embajadorenelinfierno y santalianza.
También os recomiendo el foro de debate Santo Tomás Moro.
No estoy de acuerdo con algunas de sus propuestas políticas, como los fueros y la monarquía, pero su lealtad a sus ideas, su catolicismo, su patriotismo y su activismo me merecen todo mi respeto.
