Acabamos de empezar la Semana Santa con la entrada triunfal de Jesucristo en Jerusalén. Unos días después, muchos de los que le aclamaban pedían su muerte. He aquí dos ejemplos de obispos que han sufrido por su fe.
Se ha hablado, pero poquito, del secuestro y asesinato del arzobispo de Mosul, Boulos Faray Raho, por terroristas islamistas, pero al menos se ha sabido de su martirio.
Sin embargo, a Expaña no ha llegado ni palabra de la exoneración del obsipo Baseotto, una de las bestias negras de los progres argentinos por su oposición al aborto. Fue denunciado por supuesta apropiación de niños de un orfanato y tras tres años de proceso un juez les declara a él y a las monjas denunciadas libres de toda culpa.
Me temo que ésta va a ser la persecución que vamos a ver en Expaña vontra los obispos molestos para el Gobierno socialista: denuncias y querellas en los tribunales. Espero equivocarme.