Bokabulario

La ‘buena sociedad’ de Barcelona homenajea a un veterano del ejército de Franco

¿Pero no nos decían que no hubo catalanes franquistas?, ¿pero no habíamos quedado en que los soldados de Franco eran unos genocidas y unos asesinos?, ¿pero no había que borrar el recuerdo de esos bárbaros? Y ahora los progres rodean solícitos a un veterano del ejército rebelde, golpista y fascista. ¡No hay quien les entienda!

Hace unos meses, en un pueblo de esa Cataluña que se ha convertido en un parque temático del progresismo y nazionalismo, mantenido con nuestro dinero, el alcalde colocó un busto de Franco y un libro de firmas para que los nativos se desfogasen ante el Invicto. Ahora, miembros de la alta sociedad barcelonesa y un ministro del nieto del capitán Rodríguez (el que come el melón con sal en solidaridad con los parias de la tierra) han rodeado, mimado y homenajeado a un soldado de Franco. Se trata de Martín de Riquer, que ahora firma como Martí.

En la crónica de La Vanguardia se omitía su paso por el ejército franquista como voluntario. Claro, el papá del actual conde de Godó fue dos veces procurador en las Cortes orgánicas por designación personal de Franco. En El Periódico tampoco se habla del pasado franquista de este buen señor. Cuando había manuales de urbanidad, se decía que había dos cosas de las que no se debía hablar en público: la edad de una dama y el pasado de un caballero.

En El País han sido más sinceros, pues aunque maquillan el ardor guerrero de Riquer no lo ocultan.

Una de sus biógrafas, Carmen Gatell (es su nuera: todo queda en familia; muy catalán), declaró:

Martín de Riquer pertenece a una generación marcada por la Guerra Civil española, con sus luces y sus sombras.

Marcado no sé, pero sí beneficiado, ¡y cómo!:
1939: organizador del desfile de las tropas nacionales en Barcelona.
1940: delegado en Barcelona del Servicio de Propaganda de Falange.
1941: profesor universitario.
1950: catedrático.
1960: profesor del príncipe Juan Carlos.
1965: miembro de la Academia de la Lengua.

¡Menudo resistente! Como los padres de Rodríguez, Bermejo y MariTere. Y después de muerto el tío Paco, más: senador por designación real, premio Príncipe de Asturias 1997…

Y en Cataluña nadie habla de su pasado, como nadie quiere buscar a Andreu Nin en la fosa de Alcalá de Henares.

El hijo de Martín, Borja, es uno de los impulsores de la memoria histórica, de los que quieren borrar el franquismo. No sabemos por qué no empieza con su papaíto.

Martín de Riquer escribió sus memorias y las tituló Quince generaciones de una familia catalana. Viendo a don Martín y a su hijo Borjita (colocado en la universidad franquista en 1969) cabe pensar que cada una de esas generaciones estuvo con el poderoso de turno. ¡Así se fundan las dinastías!

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Autor

Pedro F. Barbadillo

Es un intelectual que desde siempre ha querido formar parte del mundo de la comunicación y a él ha dedicado su vida profesional y parte de su vida privada.

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