La Marea de Pérez Henares

La eutanasia activa de I.U.

El PCE fue el partido hegemónico, el Partido con P mayuscula y casi única, de los últimos decenios del franquismo. El PSOE no estuvo ni tuvo presencia alguna hasta que empezó a ser tolerado y alentado desde dentro y desde fuera a partir del 75. Las urnas, injustas con los meritos de cada cual o con sabía perspectiva de futuro, relegaron a los comunistas muy por detrás de los socialistas. Aún así el PCE sacó 20 escaños en 1977 y 23 en 1979, amen de demostrar aún mayor fortaleza en las municipales lo que permitió muchas alcaldía de izquierdas merced a un pacto que favoreció de manera definitiva al PSOE que ocupo la casi totalidad de las alcaldías.
La hecatombe, después de alguna crisis famosas y las primeras fugas hacia el PSOE de los renovadores (Pilar Bravo, Lertxundi, ya enredaba la Almedia, claro etc) se produjo en el 82 con el “voto útil” . El PCE se quedó en 4 diputados. Carrillo dimitió pero quiso seguir mandando y fue quien monto entonces la escisión. Mucha de su gente, Ariza y Piñedo entre los más destacados, tras acusar de esa voluntad al minero Gerardo Iglesias, acabo desembarcando el PSOE en esa oleada. Pero Gerardo primero , que ya subió a 7 escaños, y sobre todo Anguita, con la “formula” I.U. remontaron el vuelo. Socialitas como Puerta o Castellano se unieron a sus filas. Julio Anguita alcanzó los 21 diputados y hasta los 2,5 millones de votos. Pero le crecieron los enanos. La salud y las conspiraciones internas incesantes le retiraron .
Y siempre con el rumbo enfilado hacia el poderoso PSOE, nuevas oleadas en busca de mejor acomodo fueron arribando a sus aledaños u orillas o simplemente pasándose con armas y bagajes: Sartorius, Antonio Gutierrez (lider que fue de CC.OO), Curiel y López Garrido etc .
Llamazares lleva de “triunfo en triunfo” desde Anguita hasta la hecatombe final de ayer. Y dispuesto a ir aún más lejos, por supuesto. Las únicas batallas que ha ganado ha sido contra su propia gente. Y por los pelos. Amparando la deriva de sumisión a los nacionalismo, encabezada por Madrazo en Euskadi, la formación parece cualquier cosa menos un partido con cohesión nacional y hasta con mínima cohesión ideologica e interna. En los últimos años ha sido un simple báculo del Zapatero. Y ha dilapidado todo el respeto que acumuló por trayectoria antifranquista, por responsabilidad en la transición (Carrillo) o por coraje cívico (Anguita) y se ha echado en manos de antisistemas y radicales que un día queman fotos del Rey y otro aupan a una alcaldesa de ANV en Mondragón.
El último símbolo serio, Rosa Aguilar ya ha tenido que dejar de hacer que no se daba cuenta. Y lo ha dicho. Para agonizar sin futuro, el “único camino” es la eutanasia activa. En realidad que ya se la han hecho. Será de otro impulso y de otras caras y presupuestos de donde salga la izquierda mas real que siempre ha querido existir en España.
Al PSOE aún se seguirán marchando algunos, quizás la misma Rosa. Pero allí no atan perros con longaniza de cargos y poder. Con excepciones, los que muy a primera hora dieron el salto -pocos saben que tres presidentes autonómicos socialistas tiene pasado PCE Tinin Areces ( Asturias), Touriño (Galicia) y Barreda (Castilla-La Mancha- suelen quedar muy relegado. El único que ha pillado cacho ha sido Diego López Garrido, que siempre ha sido de otra harina.
Mejor suerte corrieron, aunque parezca increible, los que acabaron en el PP, que mas de uno ha terminado alli: Cuatro que en su juventud fueron ardorosos comunistas llegaron a ministros con Aznar: Pilar del Castillo, Piqué, Villalobos y Virulés.
El tránsito ahora , de manera callada pero continua, hacia donde también se dirige es hacia el partido de Savater y Rosa Diez . En suma, que en I.U. va a ser el lugar donde de aquí a nada queden menos comunistas ¡Que cosas!.

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Autor

Antonio Pérez Henares

Ejerce el periodismo desde los 18 años, cuando se incorporó al diario Pueblo. Ha trabajado después en publicaciones como Mundo Obrero, Tiempo, El Globo o medios radiofónicos como la cadena SER. En 1989 entró al equipo directivo del semanario Tribuna, del que fue director entre 1996 y 1999. De 2000 a 2007 coordinó las ediciones especiales del diario La Razón, de donde pasó al grupo Negocio, que dirigió hasta enero de 2012. Tras ello pasó a ocupar el puesto de director de publicaciones de PROMECAL, editora de más de una docena de periódicos autonómicos de Castilla y León y Castilla-La Mancha.

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