La Marea de Pérez Henares

La rebelión del castellano (Mi adhesión al Manifiesto por la Lengua Común)

No hay un aspecto en el que de manera más continua, cotidiana y flagrante se viole la Constitución que en lo referente a la lengua común de los españoles, denominada castellano en España-por diferenciarlo del resto de lengua de la Nación- y español en el resto del mundo donde es hablado por más de 400 millones de personas.

El castellano es, en España, donde constitucionalmente está consagrado contitucional, democrática y en referéndum, como lengua oficial de «todos» los españoles, acosado, perseguido, humillado y prohibido. El ataque de los nacionalistas vascos, catalanes y gallegos ha sido continuado y sistemático. Pero ello hubiera sido simplemente un alfilerazo si no hubiera contado con la estúpida ceguera, con la complicidad acobardada, de quienes so pretexto de progresismo entienden que supone algún tipo de marchamo de izquierdas el avergonzarse de la lengua común. Para que nos entendemos y en roman paladino , si no hubiera sido por la posición de los socialistas y de IU en el asunto esta situación jamás hubiera tenido lugar. Pero la rendición de ambos a los postulados más esperpénticos, reaccionarios y opresivos de un nacionalismo que ha hecho de la lengua arma de combate, división y enfrentamiento entre ciudadanos ha conseguido que hoy la situación sea de verdadera infamia, de conculcación de los derechos de los ciudadanos españoles en su propio Estado. Niños que no pueden estudiar en castellano, educadores que no pueden educar en castellano, trabajadores que no pueden trabajar en castellano. Desigualdades y privilegios por cuestión de territorios, ruptura de derechos, imposición de obligaciones contra la ley y la más grande de las leyes. Y contra el propio sentido común y el futuro de sus propios hijos.

Pero lo verdaderamente penoso es la sumisión, como decía, de esas fuerzas y esos hispanoparlantes a los postulados y principios que los oprimen y los humillan. Lo irritante es que , como postre, unos y otros , tras perpetrar y consumar una a una todas las agresiones: en Cataluña, en Baleares, en Galicia o en Euskadi – en los tres primeros territorios gobernados y por tanto absolutamente responsables de la tropelía por el PSOE- clamen a grandes voces que es mentira, que la agresión no existe, que ¿de qué se quejan los ofendidos?.

La táctica es negar la intención, la evidencia y el hecho. Negar la flagrante puñalada y hasta la derrama de la herida, negarla. Está prohibido que un niño estudie en castellano pero “eso no es atacar al castellano”. Y la tristeza se convierte en desesperanza cuando se comprueba que ello se ha convertido en doctrina de quienes se llaman socialistas. Incluso de quienes como Montilla, Chacón o Corbacho han de renegar con ello de su propia lengua infantil y materna.

Estoy seguro de que en el próximo Congreso del PSOE, obnubilados por el poder, encantados de haberse conocido y de medrar en el, no habrá una sola voz que ponga un acento critico sobre el asunto. No habrá ninguno de los muy adictos artistas firmantes de manifiestos electorales. No puede haberla. Es parte de su estrategia de poder . Por ese lado hay que olvidar toda esperanza.

Pero no hay que perderla en la propia lengua y en su vigor. No perderla en los intelectuales que han despertado y , fieles a su obligación como conciencia social y repudiando la idea de los pesebres y las cejas. Hoy es un día de rebelión y de esperanza. El “Manifiesto por la lengua común”, firmado en principio por una veintena de los mejores y de verdad comprometidos intelectuales españoles, entre los que destacan señeras figuras de la filosofia como Savater , Marina o Castilla del Pino, de la literatura como Vargas Llosa, Pombo o Guerra Garrido, abre la puerta a lo que debiera convertirse en auténtica marea. Tenemos la obligación ciudadana y moral, ética y hasta sentimental con nuestra propia raíz y expresión, de contribuir a crear tal poderoso oleaje, tal galerna si es necesario, para que de una vez por todas cese ese infame ataque, ese irresponsable homicidio cultural contra lo que es riqueza común, con lo que nos une y nos identifica en el mundo. Tenemos, además la obligación de hacer recapacitar a esa presunta izquierda sobre su desvarío y su sumisión a esas cavernas lingüísticas que no tratan- en esos estamos todos- de defender una lengua vernácula, sino de utilizar tal subterfugio para extirpar fanáticamente , otra .

De inmediato me he sumado al manifiesto, invito a todos a hacerlo y confío que muchos, cuyos nombres y obras destellan con toda la luz en el universo del español, lo hagan. Espero que especialmente sea así en los territorios de Cataluña, De Baleares, De Galicia y de Euskadi donde se está produciendo la auténtica masacre lingüística. Eso sí, negándola. Como siempre negando hasta el derecho a la queja del agredido.

P.D Artículo 3 de la Constitución: 1) El castellano es la lengua española oficial del Estado. Todos los españoles tienen el deber de conocerla y el derecho a usarla.
2 Las demás lenguas españolas serán tambien oficiales en las respectivas Comunidades Autónomas de acuerdo con sus Estatutos

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Autor

Antonio Pérez Henares

Ejerce el periodismo desde los 18 años, cuando se incorporó al diario Pueblo. Ha trabajado después en publicaciones como Mundo Obrero, Tiempo, El Globo o medios radiofónicos como la cadena SER. En 1989 entró al equipo directivo del semanario Tribuna, del que fue director entre 1996 y 1999. De 2000 a 2007 coordinó las ediciones especiales del diario La Razón, de donde pasó al grupo Negocio, que dirigió hasta enero de 2012. Tras ello pasó a ocupar el puesto de director de publicaciones de PROMECAL, editora de más de una docena de periódicos autonómicos de Castilla y León y Castilla-La Mancha.

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