Bokabulario

Cómo destruyó el PSOE la República

Reproduzco un artículo de Pío Moa, publicado en la revista Época para ilustración de los trolls. Al menos que se lo lean antes de depositar sus zurullos.

El PSOE, gracias a su colaboración con la dictadura de Primo de Rivera, llegó a la república como el partido más fuerte, mientras que los demás, a izquierda y derecha, hubieron de improvisarse en pocos meses. En el PSOE había tres tendencias, representadas por Besteiro, Largo Caballero y Prieto. Besteiro era el más próxima a la democracia, Largo entendía la república «burguesa» solo como una palanca para imponer la dictadura del partido (del «proletariado»), y Prieto oscilaba.

Los dos primeros años republicanos gobernó la coalición azañista-socialista, y tuvo que sufrir varias insurrecciones anarquistas y el insignificante golpe de Sanjurjo, mientras sus reformas naufragaban por su sectarismo y chapucería según expone Azaña. Ello reforzó la tendencia de Largo Caballero. En enero de 1933, la matanza de campesinos en Casas Viejas por la republicana Guardia de Asalto acabó de desacreditar al gobierno, y el PSOE, a lo largo del verano, decidió romper radicalmente con el régimen y preparar una revolución socialista.

Besteiro se opuso a tal proceso, denunciando:

«Estáis envenenando la conciencia de los trabajadores con una propaganda falsa, que solo puede llevar a un baño de sangre y luego a luchas entre las propias izquierdas».

Una advertencia profética. Pero Prieto se alió con Largo y, tras la amplia victoria electoral de la derecha en noviembre de 1933, marginaron a Besteiro y prepararon, textualmente, la guerra civil. En Los orígenes de la guerra civil he detallado el proceso, incluyendo los documentos secretos que se encontraban en el archivo de Largo Caballero, conservado en la Fundación Pablo Iglesias. La preparación incluía la infiltración en el ejército, acciones terroristas in crescendo y una propaganda exacerbada dirigida a las masas, con incitaciones a la guerra (textual, una vez más). A raíz de la victoria derechista en las urnas también los nacionalistas catalanes de Companys se habían declarado «en pie de guerra», Azaña intentaba golpes de estado y el PNV organizaba campañas desestabilizadoras. La situación se puso al rojo vivo.

La izquierda utilizaba como pretexto para tales movimientos un supuesto carácter fascista de la derecha. Besteiro lo negaba y, como he documentado, los jefes revolucionarios eran conscientes de la falsedad de sus acusaciones, pero las empleaban para movilizar a las masas.

El movimiento guerracivilista, desatado en octubre de 1934 en combinación con la Esquerra, fracasó dejando 1.400 muertos en 26 provincias (no solo en Asturias). El gobierno derechista y Franco defendieron la legalidad republicana, desmintiendo en los hechos las acusaciones de ser fascistas. No importó: las acusaciones siguieron con mayor furia. Para justificarlas, el PSOE organizó una gigantesca campaña, falsa en su mayor parte, sobre una presunta represión salvaje del gobierno Asturias por medio de asesinatos, violaciones y torturas. La campaña tuvo la mayor trascendencia: la insurrección de octubre había fracasado porque no había hallado ambiente entre la población. Ahora, en cambio, se creó un ambiente de odio como nunca antes.

En febrero de 1936, la izquierda volvió al poder en unas elecciones anómalas, y procedió a destruir la legalidad en un doble movimiento, desde el gobierno y desde la calle y los campos. Se trataba de un golpe de régimen desde el poder -similar al de Hitler tres años antes-, en medio de una marea de asesinatos, incendios y asaltos, que culminaron con el asesinato de Calvo Sotelo por policías y milicianos afectos a Prieto. La derecha, desoídas sus exigencias de frenar aquella marcha demencial, intentó un golpe militar, con Mola, contra un gobierno carente de legitimidad y contra la revolución. El golpe, fracasado, pudo concluir en una masacre general de derechistas, pero se desarrolló en guerra civil. Comenzada, en rigor, por los socialistas en 1934.

CODA: Al blogger le encantaría discutir y proponer otros asuntos, como la malversación de fondos públicos cometida por Ibarretxe al mandar las papeletas de su referéndum y que sería motivo suficiente para aplicar el art. 155 de la Constitución, pero como el PSOE de Rodríguez ha decidido establecer, al modo soviético, una versión oficial de la Historia y ensalzar el pasado terrorista de su partido, es necesario recordarlo. Recomiento esta columna de Juaristi.

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Autor

Pedro F. Barbadillo

Es un intelectual que desde siempre ha querido formar parte del mundo de la comunicación y a él ha dedicado su vida profesional y parte de su vida privada.

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