La Marea de Pérez Henares

Cosas de vacaciones, fiestas y agosto

El personal se pone tibio de comer. Las fiestas de los pueblos son una continua y pantagruélica comilona. Y como ahora dicen que es cultura… Y asi aparecen los atracones de garbanzos, las entripadas de estofado de toro y los campeonatos de cogorzas de limonada como actividad cultural más relevante en honor del santo patrón o a la muy autóctona- las virgenes en España son propiedad de cada lugar- y venerada Virgen.

Pero en realidad es que la fiesta ha sido siempre eso, y desde que el hombre es hombre, comer, beber, bailar …y sexo. Lo demás, bien y científicamente mirado, no son más que pamplinas.

En las fiestas populares me sobra botellón y me falta bodega. Me sobra grupo bacaladero y hecho de menos algo de otra música. Aunque haya sido un patoso e incapaz de bailar un pasodoble . Con algún ron me atrevo con “Camisa Negra”.

Me han gustado desde siempre mucho los encierros. Ya no los corro, claro. Deberían prohibirse en ellos esa caravana de todos terrenos que asfixian a los toros, así como algunos brutales hábitos de golpes y heridas. En mi provincia natal, Guadajalara, estos días son fiestas casi en todos los lados. El encierro más mentado, masivo y famoso es el de Brihuega.

Hace años que no frecuento playas por agosto. Antes si fui, durante lustros, asiduo de Menorca, mi preferida entre las Baleares. Pero siempre he sido más de roca, de caleta, de andar zascandileando que de echarme al sol como un lagarto. Disfrutar el mar me parece otra cosa: navegar es una de ellas y pescar me detiene el tiempo, y lo he hecho con los mejores tanto en barco como por debajo del agua. Yo acompañaba y con la caña alguna vez he tenido algo de suerte. Mi perro “Lord” se lo pasaba de miedo cruzándose las caletas mientras yo sacaba sargos y tordos. De Marbellas, Palmas , Ibiza y otros muy postineros lugares he ido poco y de visita . No se. A lo mejor un día me engancho. Pero como no se jugar al golf ese…
Pero por ahora sigo en mi tradición interior y montuna. Primero fueron mi Bujalaro natal y Albendiego. La querencia y los corzos. Y los amaneceres y crepúsculos en soledad de hombres y en compañía del campo. Ahora estoy primero en Ainzón y dando vueltas por la zona del Moncayo. Ayer estuve en Veruela, Añon y Alcalá del Moncayo. Veruela merece cien visitas , por el monastareio, por su entorno, por Bécquer, por las brujas de Trasmoz, por las Peñas de Herrera. Añon es un pueblo bellísimo, cuidado, con su historia en las piedras y su orgullo en las torres almenadas. Alcala del Moncayo, aún más que el anterior y hasta en el nombre, hablaron árabe y lo pregonan en su ubicación y restos de murallas. Siempre vuelvo emocionado de ese paisaje mágico en el que se desarrollan importantes capítulos de “El último cazador”. El viernes por la tarde, por cierto, vamos a presentar el libro en las bodegas de mis amigos los Bordejé (les aconsejo con fervor sus vinos, sobre todo el “Leles”, en honor a su madre fallecida, y el “Pago del Romeroso” y su cava, el mejor de Aragón y que nada envidia, bien al contrario, a los catalnes más normados). Si algún lector anda por la zona, está invitado. A la charla y a unos tragos. Es a las 20,30.

Mis instintos predadores se dirigen muy particularmente al cangrejo-cogí para un buen plato ya en la Huecha -y al caracol, aproveché anoche un algarazo para darles una batida nocturna, la más pertinaz de mis pasiones culinarias.
El día 13 deberé estar en El Escorial para participar en el curso sobre “La Conjura de El escorial”- ya haremos una entrada más adelante- y luego ya marcho a Albalate de Zorita, a estrenar la cabaña de troncos en el monte. Y el quince se abre la veda de la codorniz, la paloma y la tórtola. Cosas también de amanecer y atardecer , que durante el día es un suicidio para los perros y para uno mismo andar bajo este sol verdaderamente africano.

En descubiertas tengo previstas las visigodas de Recopolis y las discutidas nuevas ruinas de los alrededores asi como el castillo de Zorita de los Canes, asi como alguna escapada a Pastrana donde siempre le queda a uno mucho que ver y admirar. Además de amigos, claro. Allí di uno de los pregones, por cierto, donde más me divertí y que empecé, dado mi nombre con un “perdón por lo que le hice a la Duquesa”, o sea a la Eboli. Que fue dejarla tirada y salir a escape.

Esas y el mus serán las actividades más diurnas. Para otras mas nocturnas, me he ido haciendo más que prudente, mayor. Pero sigo mirando con bastante envidia, eso si.

Y donde antes la liaba con las peñas, ahora acabo por dar los pregones. Como en mi tierra no cobro me reclaman muchos, pero me limito a uno o todo lo más a dos cada verano. El año pasado lo di en Guadalajara y en Albalate de Zorita. Este año Almonacid de Zorita es el único compromiso aceptado.. Me han elegido para dar el de Guadalajara . Y es honor y es reto. Será el 7 de septiembre.

En pregones no he acabado nunca en el pilón. En una presentación de reina de las fiestas, de muy joven, más que casi. Fue en Sigüenza. El otro y yo acabamos muy amigos una vez lavado el honor de una de sus primas.

Lo de las peñas está más que bien. En Guadalajara, durante el franquismo, las tenía prohibidas el Gobernador Civil. Fui uno, dicen que incluso el cabecilla, de los que las refundaron. Me detuvieron y todo. Ahora son el motor de la fiesta. Y como tal motor a veces hacen incluso demasiado ruido. Pero así es la cosa.

Lo que no entiendo es que siga quien tenga bastante mas de medio siglo y quiera seguir en la peña con los hijos y los nietos. Eso es otra cosa, de merendar y de reuniones de matrimonio, pero las peñas tienen una edad y hasta una solteria.

Con todo allá cada cual. Allá cada uno con el atracón y la bolinga. Y el que esté libre de culpa y de que le paren los “picoletos” y sople , que tire la primera piedra.

P.D. Se olvidaba lo esencial. Los agostos los he dedicado sobre todo a escribir y a leer. También a ver mis películas favoritas. Pero sobre todo a escribir. En agosto acabe en Menorca “El Hijo de la Garza” y en Ainzón el año pasado completé “El último cazador”. Este año estoy, aunque con bastante galbana, metiéndole mano a “Diario de un perro de caza”. Pero me pide el cuerpo vagancia, que quieren que les diga.
En lecturas ando con algunos libros de mi amigo Leguineche a quien daremos un gran homenaje en octubre.

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Autor

Antonio Pérez Henares

Ejerce el periodismo desde los 18 años, cuando se incorporó al diario Pueblo. Ha trabajado después en publicaciones como Mundo Obrero, Tiempo, El Globo o medios radiofónicos como la cadena SER. En 1989 entró al equipo directivo del semanario Tribuna, del que fue director entre 1996 y 1999. De 2000 a 2007 coordinó las ediciones especiales del diario La Razón, de donde pasó al grupo Negocio, que dirigió hasta enero de 2012. Tras ello pasó a ocupar el puesto de director de publicaciones de PROMECAL, editora de más de una docena de periódicos autonómicos de Castilla y León y Castilla-La Mancha.

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