Bokabulario

Santoña, cuando el PNV se rindió a Mussolini

¡Cómo estoy! Con menos de 50 años ya se me olvidan las cosas. Se me ha pasado un aniversario imprescindible de la memoria histórica: la traición de Santoña, cuando el PNV apuñaló al Frente Popular y se rindió a los fascistas italianos.

De la misma manera que el secuestro y asesinato de Calvo Sotelo por un comando terrorista policial y su posterior encubrimiento permite conocer el carácter del PSOE, la traición de Santoña lo hace con el PNV. Ya he escrito en este blog al respecto. Y añado un artículo del historiador-pesadilla Pío Moa.

No se conmemora por estos días la traición de Santoña. Es una lástima, porque conviene mucho a la memoria histórica. Para entender bien lo que sucedió debemos recordar que, en julio de 1937, la batalla de Brunete le dio un respiro al ejército del norte, a cargo de Gámir Ulíbarri, lo que le permitió reorganizar sus fuerzas, todavía muy nutridas y bastante bien armadas: 100.000 hombres, 30.000 de ellos nacionalistas e izquierdistas vascos, con una respetable masa artillera y de carros, aunque siempre inferiores en el aire.

¿Por qué no se limitó el PNV a romper definitivamente un pacto tan extraño? Solo puede entenderse recordando que, al fin y al cabo, habían elegido al Frente Popular y su suerte dependía del triunfo izquierdista. Creían en él cada vez menos, pero no perdían nada manteniendo una alianza aparente que les permitiera beneficiarse de la victoria, si llegaba, dejando a los revolucionarios el peso de la lucha. A su vez, la permanencia del PNV en el Gobierno convenía a las izquierdas por razones de imagen ante el exterior. Irujo, por supuesto, continuó en su ministerio en Valencia. Y ya en el exilio, el PNV aprovechará los lazos con los compañeros de lucha «republicanos» para espiarlos por cuenta del FBI y la CIA.

Significativamente, la literatura del PNV ha querido crear el mito de la traición de los italianos, centrando la atención en si los mussolinianos cumplieron su palabra o no, al permitir que Franco desembarcara a los nacionalistas y se hiciera cargo de ellos como prisioneros. Pero la cuestión de fondo, claro está, nada tiene que ver con la conducta de los italianos hacia el PNV, sino con la de este hacia sus aliados del Frente Popular, que les habían concedido la autonomía, tolerado sus vulneraciones de ésta y defendido Vizcaya a un alto coste, incluida la sangre de muchos izquierdistas vascos, santanderinos y asturianos. Todo para ser finalmente víctimas de una traición que permitió a los franquistas la primera victoria por embolsamiento, cayendo en su poder grandes masas de tropas y material de guerra.

El PNV, que exige que el Gobierno español pida perdón por el bombardeo de Guernica y le entregue la mamarrachada de Picasso, en cambio sigue muy orgulloso del pacto con el Duce.

He aquí a los aliados de ZP. (ZP ha dicho que no permitirá el referéndum convocado por Ibarretxe, pero su delegado Patxi López ha declarado que está dispuesto a apoyar, por tercera o cuarta vez, los presupuestos elaborados por Ibarretxe. ¿Cómo podemos llamar a esta conducta?, ¿esquizofrenia?, ¿doblez?, ¿traición?)

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Autor

Pedro F. Barbadillo

Es un intelectual que desde siempre ha querido formar parte del mundo de la comunicación y a él ha dedicado su vida profesional y parte de su vida privada.

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