Bokabulario

Lehamn Brothers quiebra por el calentamiento global

El oficio de adivinador, condenado justamente por la Iglesia, en esta época descreída, racional y petulante tiene en la actualidad mucho predicamento: se ha ennoblecido. Dos de sus especialidades son los ecologistas y los analistas de inversiones. A veces, como en Lehman Brothers, se unen.

Un fulano llama a la puerta de un adivino y éste pregunta quién es. El fulano se marcha diciendo: «¡menudo adivino que no sabe quién viene a verle!». Algo así le ha ocurrido a los directivos del banco de inversión Lehamn Brothers: pretendían saber el clima que iba a hacer en 2100 y no anticiparon su quiebra.

En septiembre de 2007 Lehman Brothers presentó su informe El negocio del cambio climático. Cedo la palabra al blog Valdeperrillos, que tiene el mérito de haber recordado esta gloriosa metedura de pata:

El informe fue citado una y otra vez por los medioambientalistas radicales (¡lo ha dicho Lehman Brothers!), por los asesores que contrató el PSOE para la elaboración de su programa electoral cuando hablaban de los costes del cambio climático (¡lo ha dicho Lehman Brothers!), por patéticos catedráticos de economía metidos a climatólogos (¡lo ha dicho Lehman Brothers!), por editorialistas de periódicos nacionales progres (¡lo ha dicho hasta Lehman Brothers!), por diarios económicos (¡lo ha dicho Lehman Brothers!), por una secretaria de estado (¡lo ha dicho Lehman Brothers!), así hasta el infinito y más allá.
Lo había predicho Lehman Brothers, que hablaba en su informe del clima en el año 2100 y de sus proyecciones económicas y financieras, de los costes del cambio climático, a décadas de distancia. En su informe se atrevían a recomendar a sus inversores lo que ellos consideraban un valor central de la tonelada de carbón dentro de 50 años. Entre sus fuentes de información y referencias en apoyo de sus estimaciones: los «sofisticados» análisis del IPCC y de las NN.UU. Te descojonas

¿Qué frase del gran Ford Farlaine se puede aplicar a los directivos de Lehman Brothers y a los eco-apocalípticos?

«Tantos gilipollas y tan pocas balas.»
«Gracias por ser un gilipollas, gilipollas.»

Por supuesto, ni Gustavo Catalán Deus, el intoxicador ecologista de El Mundo, ni el cazanegacionistas Rafael Méndez, de El País, han dicho nada sobre esto.

Otra noticia que no de ser por Internet no habríamos conocido.

Para seguir riéndonos, un chiste sobre la obra prohibicionista de los ecologistas.

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Autor

Pedro F. Barbadillo

Es un intelectual que desde siempre ha querido formar parte del mundo de la comunicación y a él ha dedicado su vida profesional y parte de su vida privada.

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