Bokabulario

El asco del aborto: atraca un barco donde van a matar gatos callejeros

La oligarquía dominante (políticos, periodistas y subvencionados) se moviliza para salvar orangutanes, escarabajos o ballenas, pero es indiferente y hasta hostil a las vidas humanas.

Reproduzco una columna del padre Guillermo Juan Morado. ¡Qué razón tiene!

Una ONG llamada Gatos No ha alquilado un barco para recorrer distintos puertos de la geografía mundial. Su objetivo es eliminar todos los gatos callejeros. La portavoz de Zorras por el derecho a eliminar la fauna gatuna ha manifestado la pertinencia de esta iniciativa: «No me gustan los gatos; deben morir». En el Congreso se plantea ya crear una comisión especial en la que se discuta la conveniencia de darle el matarile a esos félidos indeseables. Parece que bastaría con un leve reajuste en el Código Penal.

La sociedad civil se ha mostrado indignada con esta propuesta. La Asociación de Amigos de los Animales ha puesto el grito en el cielo y exige una comparecencia urgente del Presidente del Gobierno. La Casa Real ha mostrado su contrariedad haciendo públicas unas fotos de las infantitas con los gatos de la Zarzuela: «Mismí y Glugú son dulces, suaves, de un bello color pardo. Sería cruel hacerles daño», han balbuceado las niñas, según aseguran fuentes bien informadas. El Sindicato de los Actores y Actrices por la paz se han mostrado dispuestos a empezar una huelga: «Dejaremos los teatros vacíos, las salas de cine desiertas y los videoclubs cerrados a cal y canto, mientras no se ponga freno a esa barbarie inconcebible».

La ONU ha amenazado al Ministro de Asuntos Exteriores: «Si un solo gato sufre, España será expulsada del concierto de las naciones». El Ministro Moratinos ha salido al paso indicando que se han puesto en marcha conversaciones diplomáticas al más alto nivel para impedir la navegación del barco de Gatos No por aguas internacionales.

Todo esto por cuatro gatitos indefensos que iban a ser sacrificados para saciar la sed de sangre de Zorras por el derecho a eliminar la fauna gatuna y sus secuaces.

Sin embargo, el barco abortista de una ONG holandesa llegará a Valencia para realizar abortos en aguas internacionales desde el puerto de esa ciudad mediterránea. Todos han sido parabienes. Médicos y defensores del aborto se frotan las manos. Cien miel abortos anuales son pocos. Hacen falta más. Y la sociedad asiente, pensando: «Tampoco vamos a oponernos; total, son cuatro fetitos de nada. Nadie les mandó ser concebidos. Si se mueren, allá ellos». No va un niño a estropear las vacaciones de sus padres dando la lata con el parto. Y menos a arruinar a los que viven de matarlos. Ya lo sabemos: somos un país moderno y civilizado. ¡Viva el aborto! ¡Faltaría más!

CODA: Para introducir el aborto en Expaña, los progretas nativos usaron la misma técnica que en Estados Unidos: dar pena. Nos interpelaban con las pobres muchachas obligadas a tener un hijo deforme o el fruto de una violación, que les arruinaría la vida entera. Resulta que hay al menos tres voluntarias dispuestas a desembarazarse del paquete en el barco de marras. ¿De qué sufren estas mujeres?, ¿qué enfermedades padecen o qué desgrcias les acechan? El barquito, además, ha sido fletado por los amigos del doctor Morín. Es todo un negocio, un negocio diabólico.

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Autor

Pedro F. Barbadillo

Es un intelectual que desde siempre ha querido formar parte del mundo de la comunicación y a él ha dedicado su vida profesional y parte de su vida privada.

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