La Marea de Pérez Henares

Envidia

Hay cosas de los norteamericanos, y más para mi generación, la que fue joven en los 70, que son tremendamente criticables. Cobertura social y sanitaria, por ejemplo. Ahí los europeos tenemos una indudable ventaja. Pero hay otras admirables y envidiables. Y uno, estos días, tiene envidia. La fe en si misma de esa sociedad, su profundo sentido de la libertad y su manera de entenderse como país y como colectivo despiertan verdadera admiración. Acaban de dar una muestra de ello. La ha dado la población en su conjunto, la ha dado su recién elegido presidente, Barak Obama y la ha dado el candidato derrotado, MacCain.

Saben que están ante un momento difícil y es cuando sacan lo mejor de si mismos. La raíz y los principios que alumbraron aquella primera constitución democrática del mundo se relevan como el manantial primario de donde sacan su fuerza y su energía para afrontar los más duros retos. Creen en ellos mismos y de pronto parece que pensamiento de Kennedy aflora con todo su vigor. No es hora de preguntar que puede hacer el país por nosotros sino que podemos hacer cada uno de nosotros por nuestro país. Que es hacerlo por el conjunto de todos, por la Nación de la que forman parte.
Vive occidente en su conjunto y lo acabará viviendo el mundo entero, la siguiente zozobra alcanzará a Iberoamérica, momentos de tribulación e incluso angustia por el presente y el futuro. La postura de los ciudadanos ante ello es donde aparece ese esclarecedor matiz. En España por ejemplo la primera reacción es mirar a “papá estado” esperando que nos resuelva el problema. Que, desde luego, y en el caso de quienes se han quedado a la intemperie del paro, por ejemplo, bien está que así sea. Pero se echa de menos esa segunda derivada, la de pensarnos a todos como elementos activos para remar juntos, esforzarnos y salir del pozo.

Estamos en tiempos duros y aún vendrán peores. Si. ¿Y que hacemos? Quizás sea el momento del regreso a la cultura del esfuerzo, de los deberes como esencial contrapunto a los derechos y de retornar a desechadas austeridades. Claro que hay futuro y por supuesto que esperanza. Pero para sentir cada vez más fuerte la segunda y poder confiar en el primero la sociedad española, y no sólo sus políticos que también y deberían ser los que predicaran con su ejemplo y no sus sandeces y despilfarros, debe volverse a entender como un todo vivo y unido, al margen de las diferencias, que se pone al tajo y al trabajo.

EE.UU. lo tiene difícil. El mundo lo tiene difícil. Los denostados yanquis parece que están dispuestos a afrontar el reto. ¿Lo estamos nosotros?. ¿O seguimos en el subsidio y el mesías ?.

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Autor

Antonio Pérez Henares

Ejerce el periodismo desde los 18 años, cuando se incorporó al diario Pueblo. Ha trabajado después en publicaciones como Mundo Obrero, Tiempo, El Globo o medios radiofónicos como la cadena SER. En 1989 entró al equipo directivo del semanario Tribuna, del que fue director entre 1996 y 1999. De 2000 a 2007 coordinó las ediciones especiales del diario La Razón, de donde pasó al grupo Negocio, que dirigió hasta enero de 2012. Tras ello pasó a ocupar el puesto de director de publicaciones de PROMECAL, editora de más de una docena de periódicos autonómicos de Castilla y León y Castilla-La Mancha.

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