Eta no sólo mata en Azpeitia. Tambien manda. El alcalde de la población es de ANV. Por supuesto ha «declinado» hacer declaraciones sobre el asesinato de su convecino.
Nada más facil que imaginar los que informaron a los pistoleros sobre los movimientos cotidianos del vetearno empresario. Algunos incluso tendran relaciones de vecindad, se conocerían y hasta puede que tengan lazos con sus hijos y entorno familiar. Pero ha dado sus movimientos para que otros, tal vez tambien conocidos suyos, le dispararan «valientemente» en la cabeza a quien era ya un anciano de 71 años. Grandfes «gudaris» los unos y los otros.
El ayuntamiento de Azpeitia «lamentará» la muerte y culpara al «conflicto». Los vecinos abertzales justificaran el crimen porque «andaba» con los del AVE. Y ya se sabe que el AVE es algo asi como el enviado de satanás contra la tierra de Euskadi. Lo abertzales más tibios y menos batasunos se limitarán a mover la cabeza, sin rechistar. Unos pocos con coraje y dignidad, un puñado no más, tal vez se atrevan a concentrase en silencio en homenaje a la victima que ya habrá comenzado a ser tras sesinada encima calumniada, vilipendiada, ensuciada. Y los asesinos y sus complices llamaran fascistas y asesinos a los asesinados.
El silencio caerá despues sobre Azpeitia, donde ETA no sólo mata. Además manda. Y ahora mandara manchar la memoria de la victima, ordenará silencio y amenazara miedo.
¿No es esa una sociedad enajenada y enferma?. Pues si. Corrompida hasta los tuetanos por el terror, la confusión mental y la violación de los principios esenciales de vida y libertad. Es una sociedad enferma. Y en buena medida y en no poca parte de su gente complaciente y acobardada ante la violencia y la vesanía de quien matan y ademas mandan.
P.D. La imagen de la partida de cartas retrata la profunda enfermedad de esa sociedad. Enferma de cobardia y miedo. Ya es hora de decirlo alto y claro.