No es una frase mía… y lo lamento. Pertenece a Carmen Bellver, compañera de ReligiónDigital, y responde a los exabruptos de Maruja Torres, a quien no le gusta que los creyentes le estropeemos la mañana (o la tarde). Bueno, pues ya que se aguanta el pis por amor al Planeta que se aguante el enfado por amor al prójimo.
Hay tantos blogs, tantas noticias y tantos comentarios que a veces nos perdemos lo más interesante. El otro día, Carmen Bellver, a quien mando un saludo, escribió una ingeniosa columna contra la Insultadora Suprema del Reino, Su Menudencia Doña Maruja Torres. Seguramente, doña Maruja depuso el fruto de su ingenio para distanciarse de la Dama de la Checa Almudena Grandes (¿habrá encontrado ya unos falangistas sudorosos con los que disfrutar?), que, después de la retirada de Rosà Regàs, es la más siera candidata a arrebatarle el puesto. Es lo que tiene la edad: ya no das para mucho y los jóvenes te empujan.
Os dejo algunos párafos de Carmen Bellver y os aconsejo que leáis la columna entera. Es mucho mejor que leer los periódicos de pago. (Éstos están tan mal debido a internet y a la crisis que ya piden al Gobierno que les de nuestro dinero. Acabarán como los titiriteros.)
A Maruja Torres le vienen las ganas de llenar la compresa en plena menopausia. Lo siento por la ordinariez pero es que es como un reloj. Con puntualidad periódica ataca a la Iglesia y sus creencias. A ella le va mucho lo árabe o lo libanés, que por esa tierra se desenvuelve muy bien. Pero cuando se tercia de escribir en El País contra la religión, le sobran las vueltas de faralá en su traje. Lanza un pase de «toma la manzana, coge la manzana, tira la manzana» que levanta «olés» en la afición laicista que le sigue sus gracias. Y luego suelta el estoque y remata la faena.
Ahora que se acerca la manifestación de la familia convocada en Madrid el día en el que todos los católicos celebramos la Sagrada Familia, que encima este año nos cae en 28, ya me dirán si no es para ponerse nerviosos. Pues eso mismo les sucede a los amantes de arrinconar lo sagrado en el ámbito de lo privado y no dejar que asome el morro ni siquiera para manifestar cívicamente una oración por la familia. Lo de menos es que recen, lo peor es que lo hacen en público y eso pues como que no lo pueden consentir.
Por eso la periodista ha publicado un panfleto denigrante en El País, titulado Pasando de cruces, donde a monseñor Rouco le pone el adjetivo nacionalcatólico. Que ya es ganas de sacar el vino añejo del barril cuando ya se ha evaporado el efluvio del mosto. Pero parece que en España el término neocon pasa sin pena ni gloria, pero lo del nacionalcatolicismo sigue en los manuales de una periodista reciclada y curtida como Marujita.
NIÑOS, VED EL EFECTO DE LA MALA VIDA EN CIERTAS PERSONAS
Da pena ver a una persona ponerse en ridículo de esta manera. Y da asco saber que esta persona ha sido una de las columnistas más leídas de Expaña: ¿es que no tenía Cebrián gente más inteligente a mano?
«Yo lloro mucho cuando un árbol desaparece»
«Cuando hago un pis cargado por la mañana no tiro de la cadena, espero varias horas con la ventana abierta. Yo no me ducho cada día, no soy tan guarra como para necesitar ducharme cada día. Yo me hago abluciones.»
EL LAICISMO SEGÚN MARUJA
La última deposición de Maruja contiene esta perla del pensamiento laicista:
Así pues, mi respeto hacia las religiones se limita estrictamente a quienes las practican en la intimidad y sin dar la tabarra.
Es decir, Maruja no nos zurrará si nos quedamos encerrados en casita con nuestras ideas y creencias, que, de todos modos, nos informa de que ella considera absurdas y estúpidas.
Vamos, que lo que le j… a esta abortista es ver en la calle cruces y gente aplaudienddo al Papa. ¿Será Maruja la inspiradora del laicismo zapaterino?