La Marea de Pérez Henares

El mensaje que no se atreven a dar al pueblo

El diagnóstico ya es obvio hasta para el más estúpido de los doctores. La ronca tos del no permite duda de que la pulmonía es sería y la enfermedad grave. España está en recesión, en retroceso. Que vamos hacia atrás en vez de avanzar, vamos. Después de tres lustros de crecimiento y de bonanza, las vacas flacas han llegado.

El año que asoma une a todos al menos en una percepción común: viene oscuro, negro, la situación económica va a hacernos pasarlas realmente mal y va a afectarnos, de una u otra manera, a todos, con especial gravedad y dolor a los colectivos más débiles: emigrantes y trabajadores con empleos temporales y precarios.

Pero en muy poco más parece haber unidad de criterio. En todo lo demás, tanto al mirar atrás como adelante, las diferencias son totales. Si la vista recorre el 2008 la primera cuestión ya separa de manera radical. ¿Hay responsabilidad en el Gobierno de España?. Para unos resulta evidente: negaron la crisis, la ocultaron, mintieron incluso, se pasaron el día buscando seudónimos para ocultar la realidad y han actuado cuando ya estaban alcanzados por la catástrofe sin orden ni concierto y con medidas más que dudosas. Para otros sin embargo, hay que buscar una responsabilidad internacional de la que muy poco cabe reprochar a Zapatero y si todo a EE.UU. y a Bush. Es mas, nuestro presidente ha alcanzado incluso éxitos y liderazgo al haber logrado asistir a la reunión del G-20 .

Tal disputa queda ya atrás, aunque no dejará de ser referente continuo de confrontación electoral, pero sumidos como ya lo estamos en la tempestad no dejan de ser igualmente contradictorias las dos maneras de afrontar el reto. Por un lado asistimos al optimismo, que ya se califica de patológico, de un presidente que se empeña en anunciar que esto es ya pan comido, que en abril trabajos mil y que en sólo un semestre estaremos viendo la luz. En lo que se base para tales afirmaciones no lo sabemos. En cual va a ser el rumbo que debamos de tomar para llegar a esa meta tampoco. Ello no deja de ser coherente con el mensaje subliminal y último, fe en el guía, que no dejará al rebaño desvalido sino amparado y subsidiado. No preocuparse del paro, viene a ser la moraleja, porque los parados cobrarán.

En el campo contrario la tanto el análisis como las perspectivas caminan por lugares diametralmente opuestos. El socavón va a ser infernal, no se están poniendo cimientos para poder empezar a caminar algún día en suelo firme, se está despilfarrando, lejos de ser austero se está endeudando al país, la crisis va a ser muy larga, mucho más que en el resto de los países de Europa, el paro va a alcanzar proporciones mas que dramáticas y nos esperan gravísimas convulsiones sociales.

Esos van a a ser los mensajes que vamos a recibir de nuestras fuerzas políticas. Mensaje de confrontación. Y más con tres elecciones en el año: gallegas, vascas y europeas. Es la lógica política que cada vez va a suponer para los ciudadanos , me temo, una mayor distancia con su propia lógica : al de la supervivencia.

Porque España está necesitando cada vez más el mensaje que nadie se atreve a dar. El del esfuerzo y el sudor. El de la recuperación de valores de trabajo, de capacidad de luchar ante la adversidad, de fin del vino y las rosas y de que tendremos que apechugar más y conseguir menos. Que una cultura de cierto despilfarro, que no de bienestar, de pelotazo y tente tieso, de consumismo extremo, de gastos superfluos y de suponer que en cualquier caso “Papa Estado”, o llámese Comunidad o lucero del alba, ya proveerá. Habrá que ir , a lo mejor, a aquello tan curiosos que dijo Kennedy: Dejar de pensar en lo que el Estado puede hacer por nosotros y empezar a pensar que podemos hacer nosotros por el conjunto, por toda la sociedad, por nosotros mismos en suma.

Hay motivos para la preocupación y muy sería pero también los hay para visualizar, con esfuerzo y trabajo y no por arte de birlibirloque, un mejor aunque sea y deba ser, diferente futuro de crecimiento y progreso. Cierto que a la crisis financiera internacional no somos ajenos, pero que esta puede superarse y que nosotros tendremos la propia: la de nuestro modelo ladrillero hecho añicos, nuestro paro campeón de Europa, con lo que ello habrá de afectar al consumo. Nadie compra, nadie vende, por tanto no se produce, por tanto parálisis, que decía con realismo el Gobernador del Banco de España. Negro panorama. Pero también el petróleo se ha desplomado a 40 $ desde los 150$, las hipotecas están bajando, los precios también. Serán las primeras bases de inicio de alguna recuperación. Posiblemente aún lejana, lenta y con dificultades. Un atisbo de luz la final del tunel.

Pero para pasar la oscuridad el mensaje que hace falta no lo está ofreciendo nadie en España. Porque pareciera que todos tienen miedo a decir la verdad, la simple verdad a la ciudadanía. Como si estuviera más que demostrado, que a lo mejor parece que lo está, que se gobierna mucho mejor engañándolo.

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Autor

Antonio Pérez Henares

Ejerce el periodismo desde los 18 años, cuando se incorporó al diario Pueblo. Ha trabajado después en publicaciones como Mundo Obrero, Tiempo, El Globo o medios radiofónicos como la cadena SER. En 1989 entró al equipo directivo del semanario Tribuna, del que fue director entre 1996 y 1999. De 2000 a 2007 coordinó las ediciones especiales del diario La Razón, de donde pasó al grupo Negocio, que dirigió hasta enero de 2012. Tras ello pasó a ocupar el puesto de director de publicaciones de PROMECAL, editora de más de una docena de periódicos autonómicos de Castilla y León y Castilla-La Mancha.

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