Bokabulario

El periodista que pasó de secretario de un ministro falangista a cantar a la nación catalana

Carlos Sentís es un nonagenario que se las ha apañado paa estar siempre cerca del poder y vivir muy bien. Ha pasado de ser secretario de un ministro falangista a pontificar en La Vanguardia sobre la condición de nación de la señora Cataluña y sobre lo incomprendida y vilipendiada que es ésta.

Por causalidad he encontrado en internet (¡gracias San Google!) datos para confirmar una historia que leí en Soldados de Salamina, de Javier Cercas, sobre la condición del periodista catalán Carlos Sentís de secretario de Rafael Sánchez-Mazas cuando éste fue ministro sin cartera en uno de los primeros Gobiernos de Franco.

Sentís, que también fue director de la agencia Efe -nombrado por tanto por el Gobierno- en los años 60, diputado de UCD y miembro del gobierno de Tarradellas, está concluyendo su vida -tiene 96 años- como tribuno en La Vanguardia, donde participa del discurso victimista y sentimental del nacionalismo: Cataluña es una nación; Cataluña es generosa y solidaria; Cataluña es menospreciada; el PP no quiere a Cataluña; Cataluña mon amour; etcétera.

Aquí compara a Montilla con el general Prim y nos recuerda que de no ser por los textiles catalanes, en la posguerra los españoles (los catalanes no son españoles) habrían vestido harapos.

Como tantos catalanes de cierta edad trata de ocultar su pasado franquista, falangista o siquiera opuesto al nacionalismo. Ya hablamos aquí de la censura que hizo la familia de Pasqual Maragall de una biografía dulce porque las autoras reproducían el diario del padre en el que éste mostraba que fue un emboscado en la guerra -se escaqueó de servir a la Generalidad de Companys- y se alegró de la entrada de los nacionales en Barcelona.

Una crítica de Jordi Gracia en El País explica un asunto idéntico al de la biografía de Maragall, el niño mimado del franquista alcalde Porcioles. El profesor Francesc Vilanova «desmonta los mitos de la neutralidad del régimen de Franco durante la II Guerra Mundial y de la aliadofilia de algunos conocidos periodistas catalanes». Su libro, La Barcelona franquista i l’Europa totalitària (1939-1946), se editó en castellano… pero en esa operación perdió varias docenas de páginas, por supuesto las más jugosas.

me importa destacar la figura más turbia del cuadro, con la que más justificadamente incisivo se muestra el autor, aunque eso no vayan a verlo los lectores de la versión española porque es la parte sacrificada del original catalán. Se trata de Carlos Sentís, neto franquista, uno de los saqueadores de la biblioteca personal de Juan Ramón Jiménez (sic), en Madrid, periodista destacadamente estelar por razones políticas y no sólo profesionales desde la guerra (había ejercido también de espía (sic), y seguramente de modo más fiable que Josep Pla), y secretario personal del héroe de guerra Rafael Sánchez Mazas mientras fue ministro sin cartera.

A Sentís, ZP El Rojo le ha dado la Medalla al Mérito en el Trabajo. También se la ha dado a Carrillo. ¡Menuda pareja! ¡Qué bien han vivido los trepas de esa generación, mucho mejor de lo llegaremos a vivir nosotros!

Otro ejemplo que no me resisto a citar es el de Borjita de Riquer, el que quiere anular los juicios del franquismo porque éste era un régimen genocida y tal. ¡Pues que empiece por anular a su padre, Martín de Riquer, que fue requeté y entró brazo en alto en Barcelona! Y luego profesor, y catedrático, y profesor del príncipe Juan Carlos, y colaborador de La Vanguardia… ¡Cuánto sufrimiento por Cataluña y por la libertad perdida apenas cubierto por los oropeles de las glorias mundanas!

CODA: Más resistentes al franquismo: Eduardo Haro Tecglen, que trabajó para un fascista belga y le casó el capellán de Franco.

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Autor

Pedro F. Barbadillo

Es un intelectual que desde siempre ha querido formar parte del mundo de la comunicación y a él ha dedicado su vida profesional y parte de su vida privada.

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