Durante el franquismo, la Policía política buscaba rojos; luego la Policía política de la democracia buscaba fachas; ahora, se buscan yihadistas. Y si no se encuentran, se inventan de acuerdo con el método Bono: «Si el ministro dice que le han pegado, le han pegado y eso no se cuestiona».
Yo ya no leo la prensa de papel de pago a no ser que me la den gratis en el tren o la encuentre en la peluquería. La desesperación en los periódicos es tan grande que ya no saben que hacer. ¡Por primera vez desde que tengo idea, no es la prensa de derechas la que copia a El País, sino El País el que copia a esa prensa acomplejada! El nuevo diseño de El País ha copiado el mismo tratamiento de las fotos que hace el ABC: fotones descomunales, mayores que el texto, y además partidos en dos páginas. Allá ellos. Yo creo que quien compra un periódico lo hace paa leer, no para ver fotones, pues para eso ya está la tele.
Recupero el hilo de mi artículo. No leo prensa de pago, escribía al comienzo, así que me entero de las noticias interesantes que ésta publica por la radio, por digitales o por blogs. Gracias a los blogs de dos expertos en terrorismo y cloacas del Estado, Carlos Ruiz Miguel y Luis del Pino, conocí el otro día una noticia tan sorprendente como aterradora para los derechos fundamentales: unos policías españoles habían inventado pruebas para acusar a varias personas de financiar a terroristas islámicos, y el juez Ismael Moreno y el fiscal Vicente González Mota las aceptaron.
Según el reportaje de El País,
El auto de la Sala de lo Penal es uno de los varapalos más sonados que ha recibido la policía en esta clase de investigaciones y califica la trama como «policialmente fabulada».
(…) destaca la existencia de esa fotocopia en un informe policial incorporado a los autos, reproduce el texto exculpatorio escrito por el empleado del Barclays y añade que, en otro informe policial, enviado a la fiscalía «entre los documentos que se acompaña, se encuentra la misma antedicha fotocopia de los cheques, en la que se ha ocultado la precitada nota manuscrita mediante la colocación de una tira de papel en blanco».
Seis meses de cárcel se han chupado los inocentes, mientras que los funcionarios policiales y judiciales siguen en sus puestos cuando tendrían que estar suspendidos y procesados. ¿Qué serían capaces de hacer esos policías si sus superiores les mandasen falsificar pruebas? ¿Cómo el juez y el fiscal no se dieron cuenta? ¿Querían todos ganarse medallas?
Como escribe Luis del Pino,
qué otros datos o pruebas han sido manipulados en los informes policiales en relación con el terrorismo islamista en España? Más concretamente: ¿cuántas veces se han manipulado datos o evidencias en el caso del 11-M para intentar «demostrar» la culpabilidad de alguno de los acusados de la masacre de Madrid?
Y Carlos Ruiz Miguel se pregunta:
¿Es esto muestra de «precipitación» y «ligereza» de la actuación policial o estamos ante un intento planificado de crear una «amenaza yihadista» allí donde no la hay?
Las conspiraciones existen. Aquí tenemos una prueba.
Este asunto sí que merece una comisión de investigación parlamentaria, y no la regulación de las apostasías. Mientras los políticos se distraen con otras cosas, los policías mentirosos y el juez y el fiscal distraídos siguen en sus puestos, ¿fabulando nuevas tramas?
