La Marea de Pérez Henares

Garzón : O juez o político

Baltasar Garzón debiera haber abandonado hace ya muchos años la judicatura. En pura ética no debería haber vuelto jamás a ella tras haberse presentado como número dos de la lista del PSOE tras Felipe González y ocupar cargos con aquel Gobierno, aunque no le tocara el ansiado ministerio lo que le llenó de frustración e inquina. Son muchos los que dicen que esos sentimientos fueron los que le llevaron a desempolvar, nada más regresar a su puesto de juez, el sumario del GAL que había guardado en un cajón antes de iniciar su senda política.

Una senda ,y esta es la clave, que ya jamás ha abandonado. Garzón ha ejercido de juez pero ha sido antes que nada un juez político. Reconciliado por con el PSOE ha actuado como una terminal de sus propuestas. No hay que irse nada lejos. Sus “autos” durante el Proceso de Paz eran puro seguidismo gubernamental. Un día Otegui era un hombre de paz y tras volar en mil pedazos el entramado , debía ir a la cárcel sí o sí. Lo del pretendido proceso a Franco tan sólo hace unos meses fue ya de aurora boreal y sus artimañas dignas de algo más que del tirón de orejas que recibió del pleno de la Audiencia Nacional.

Ahora ha tocado el PP. Y los populares tienen toda la razón en recusarle porque alguien que ha sido su enemigo político, que se ha enfrentado electoralmente como político , no puede ser quien instruya como juez una causa contra ellos. Y no hace falta ser jurista para entenderlo. Es puro sentido común..

Garzón falta a la ética , como ha faltado también a la estética en sus reuniones con el ministro de Justicia y un alto mando policial justo cuando esa instrucción estaba en una fase decisiva. Da igual que la ocasión fueran dos monterías o que se hubieran juntado durante todo el fin de semana para buscar setas o pescar barbos. Lo impresentable no es que hayan cazado, hay un millón de cazadores en España, la inmensa mayoría gente llana y en muchas ocasiones humilde junto a potentados y grandes terratenientes, o sea los muy ricos que cazan como quieren y los medio pobres que cazan como pueden. Nada hay en ello de criticable aunque algunos hayan cogido el rábano por las hojas y se hayan lanzado a una cacería contra la caza. Lo que no tiene un pase, lo que es justificado motivo de escándalo, y ese es el fondo del asunto, son sus cabildeos y reuniones con Bermejo y encima pretender tomarnos por tontos y hacer creer que de lo que hablaron fue de exclusivamente de muflones, jabalíes y venados . Eso no se lo cree nadie en España. No se lo cree ni Rubalcaba. Ni aunque se lo tenga que creer.

Garzon tiene tacha. En este caso en concreto de manera flagrante. Pero es que sus hechos contaminan ya toda su actividad judicial como tal. Por mucho menos de lo que el ha hecho expulsaron de la carrera judicial a Javier Gómez de Liaño. Sus irregularidades manifiestas- la continua filtración del sumario es un verdadero escándalo- debieran llevar ya a la apertura de un expediente sancionador que juzgue sus hechos y los depure.

Lo cual no significa , en absoluto, que el procedimiento abiertos por la trama de corrupción que salpica a algunos cargos del Partido Popular no deba seguir adelante con toda energía. Pero es esencial para la Justicia que esa causa sea ejemplar y ya que se trata de limpiar porquería se lleve con toda limpieza. Porque ahora ya está ensuciada. Y no es bueno. Porque esos establos deben limpiarse y a ellos, amen de la Justicia, habría de dedicar serios esfuerzos el Partido Popular. Si hay responsabilidades penales estas deberán ser aplicadas a rajatabla, si las hay políticas lo mismo e incluso si las hay por parte de dirigentes que cometieron el error de nombrar a algunos o de permitirles esos fraudulentos manejos no vendría nada mal que también se asumieran. Y pogamos, entre otros, que hablo de Madrid.

Garzón debería abstenerse en este caso y dejar la judicatura por lo que en verdad lleva ejerciendo tantos años: la política. Pero los “Chorizos” son los “Chorizos” y sobre las tramas de corrupción que afectan al dinero publico debe caer todo el peso de la Ley y toda la condena de la sociedad.

P.D. Otras entradas relaccionadas «Garzón: que le den un ministerio» y «La «garzonada» por la culata» y «El delirio de Garzón«. Para acceder directamente pinchar sobre ellas.

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Autor

Antonio Pérez Henares

Ejerce el periodismo desde los 18 años, cuando se incorporó al diario Pueblo. Ha trabajado después en publicaciones como Mundo Obrero, Tiempo, El Globo o medios radiofónicos como la cadena SER. En 1989 entró al equipo directivo del semanario Tribuna, del que fue director entre 1996 y 1999. De 2000 a 2007 coordinó las ediciones especiales del diario La Razón, de donde pasó al grupo Negocio, que dirigió hasta enero de 2012. Tras ello pasó a ocupar el puesto de director de publicaciones de PROMECAL, editora de más de una docena de periódicos autonómicos de Castilla y León y Castilla-La Mancha.

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