La nueva garzonada, como tantas otras suyas, se desinfla por minutos. La fiscalía acaba de decirle que con acusaciones tipo Gila “alguien ha corrompido algo” no se puede procesar a nadie. Y que no hay indicios fiables ni aún menos contundentes sobre Barcenas ni sobre Galeote. Lo de los trajes de Camps va a quedar en un sainete y lo que parece más amarrado , lo de la banda del Correas y el Bigotes así como de algún prócer madrileño corre el peligro que una instrucción desastrosa les sirva para irse de rositas.
En resumen, agua de borrajas. De los no se cuantos imputados, la inmensa mayoría ya está en libertad sin cargos . Pero eso si, titulares y más titulares y sospechas por doquier. Pero es que de sospechas no vive la justicia, sino de hechos probados. Y es hora de que el juez-político Garzón lo aprenda. O mejor que no. Porque no tiene remedio. Lo mejor es que deje esa carrera a la que nunca debió volver tras su paso por la política como nº 2 de Gónzalez porque en realidad lo que nunca ha dejado ha sido la política.
Pero es inasequible al desaliento y aún más a olvidar sus ambiciones. El mismo día que recibía el soplamocos de la Fiscalía presentaba su candidatura a Presidente de la Audiencia Nacional. Tendrá ,desde luego, sus apoyos y no le faltará algún publireportaje como el que le dedicó El Pais.
Pero en el PSOE deberían estar nás que escarmentados. Puede que ya lo estén. Porque en lo sucedido estos días , que no han sido de vino y rosas precisamente para ellos, la sombra de Garzón algo ha pesado y no precisamente a su favor. Vamos que estoy seguro que Alfredo Pérez Rubalcaba que hila fino no tiene ninguna gana de hacer ovillos con él .