Bokabulario

Nueva campaña de ‘El País’ contra Aguirre: los menores rumanos roban por su culpa

¿Qué hacer cuando una niña gitana rumana es una ladrona adiestrada por sus padres para robar a los españoles y los turistas? El País cumple con su deber de pilar de la democracia. Primero, denunciar este caso de delincuencia y, después, señalar al culpable: Esperanza Aguirre. Ya podemos dormir tranquilos.

Las campañas de El País contra Esperanza Aguirre son tan divertidas como las de la Prensa del Movimiento -ésa en la que trabajaron Juan Luis Cebrián, Jesús de la Serna, Haro Tecglen y tantos otros luchadores por la libertad- contra el contubernio judeo-masónico. ¡Cómo se nota que están viejos y que la gente de derechas les ha perdido el miedo!

Ser de izquierdas en todo el mundo supone gozar de impunidad para decir y hacer todo tipo de memeces y canalladas. En España, donde el Imperio Progre es hegemónico, implica además que los progres pueden hacer una cosa y la contraria casi a la vez: dar papeles para todos y luego montar redadas de inmigrantes.

Jesús Duva, uno de los redactores de El País que por ahora se está salvando de la depuración comenzada por Cebrián, Moreno y el lobby rosa que dirige el antes prestigioso periódico, ha publicado un reportaje que es una muestra de esquizofrenia.

El reportaje -excelente, por otra parte- es sobre una niña gitana rumana de 14 años que se dedica a desvalijar impunemente a españoles en los cajeros automáticos de la Gran Vía de Madrid (¿no es esto un caso de racismo?, las víctimas del delito son españolas). La Policía española la ha detenido 120 veces. Tanto ella como sus padres, perfectamente al tanto de sus derechos legales, prosiguen en Expaña, supongo que con el amparo de alguna ONG subvencionada.

¿Y de quién es la culpa de que semejante criatura robe sin castigo? No de la basura de leyes pogresistas que tenemos en España que protegen más al delincuente que a la víctima ni de los jueces que las aplican. El pogresista Duva se pregunta:

¿Lo único que puede hacer el Estado es arrestarla una y otra vez? ¿Es el tratamiento policial el único posible para esta niña y otros muchos como ella? ¿Es una situación que no está contemplada por la ley?

Cualquier obrero de Carabanchel -aunque sea votante del PSOE; otro caso de esquizofrenia- contestaría que lo que se puede hacer es expulsar a la familia entera, como ha hecho Berlusconi en Italia. Pero Duva nos da la solución solidaria y avanzada por medio de un fiscal, Félix Pantoja, también solidario y avanzado:

el fiscal Pantoja asevera que «el interés del menor está por encima de cualquier legislación internacional y por encima de cualquier protocolo» suscrito entre los Gobiernos de España y Rumania. E insiste en que lo fundamental (sic) es que la Administración autonómica que encabeza Esperanza Aguirre ponga en marcha proyectos educativos y sociales, aun a riesgo de que no siempre den el resultado apetecible.

Volvemos a oír el tópico progre de que la culpa de que haya delincuencia es de las estructuras y del capitalismo. En esta ocasión las estructuras tienen nombre: Esperanza Aguirre.

Y ENCIMA BERLUSCONI TIENE RAZÓN

¡Adónde vamos a ir a parar! No sólo Glez propone ahora derogar su propia moratoria nuclear, sino que El País, después de haber arremetido contra el primer ministro italiano por sus medidas contra los gitanos rumanos delincuentes, reconoce que éste tenía razón.

Esto escribe Duva:

A partir de enero de 2008, la policía española asegura que empezó a detectar un aluvión de menores, coincidiendo con el anuncio del presidente del Gobierno italiano, Silvio Berlusconi, de aplicar mano dura contra los inmigrantes rumanos irregulares. Muchos de ellos salieron de Italia y se asentaron en Barcelona. Pero la fuerte presión policial y judicial les llevó a Madrid.

El párrafo anterior es un reconocimiento de que ese «aluvión de menores» vivía de la delincuencia y el vandalismo.

He aquí una selección de las barbaridades se pudieron leer en El País:

Un memo en la sección de cartas al director:

La España del siglo XXI es bastante más permisiva, tolerante, progresista y social que la Italia de Berlusconi de la misma época. No son sólo leyes como la de la memoria histórica, la ley de dependencia, los matrimonios homosexuales, los 2.500 euros, etcétera; es la manera de tratar la inmigración, la ciudadanía y la sociedad en general. Es la forma de tratar a los ciudadanos, a los nacionales y a los extranjeros.

¿Por qué este progre no mete en su casa a esta gentuza?

Otro progre airado: ¿Vuelve el fascismo?

Y un editorial:

No se trata sólo de una medida xenófoba, sino de algo más grave, puesto que se apoya en la xenofobia para encubrir el racismo, y viceversa.

¿Censo de la vergüenza? La vergüenza es que una familia viva de unos hijos carteristas.

CODA: La aventura de Nadia y de su familia se puede poner como ejemplo de lo que el conspiranoico progre Javier Valenzuela llama el Spanish Dream.

¡Y este elemento – que se reía hace menos de dos años de los avisos sobre la crisis económica española- ha sido un actor de la política exterior expañola, como cuenta su libro! Ahí sigue en RNE y otros medios pogresistas sentando doctrina y conspiranoias.

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Autor

Pedro F. Barbadillo

Es un intelectual que desde siempre ha querido formar parte del mundo de la comunicación y a él ha dedicado su vida profesional y parte de su vida privada.

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