La princesa besó a la rana y esta se convirtió en Príncipe. La realidad ha puesto al fin sus labios en el príncipe Zapatero y este se ha convertido en rana. Hasta el día D, hora H, parecía que nada le afectaba, que los muros derrumbándose a su alrededor aplastaban a todos pero a él ni le rozaban, ni siquiera los parados derramándose por centenares de miles y hasta millones salpicaban su impoluto vestido de arcángel de los desamparados. El calendario le sonreía, las estrellas le amaban y los equipos de prensa y propaganda funcionaban con la engrasada fiabilidad y eficacia de siempre. Para colmo, la oposición se desagarraba, la pelea por el liderato resonaba en las ondas de la mañana, muy de mañana , hasta la noche muy entrada y un juez amigo escudriñaba las corruptelas del contrario que antes de que se secará la tinta de la diligencia ya habían sido aventadas urbi et orbe por los altavoces partidarios.
Todo iba bien y lo que iba mal, esa crisis del demonio, se cargaba sobre cualquier otra espalda, empezando por la de Bush que siempre es útil para estos casos y el PP, claro, que no ayuda nunca y es bien conocida su malignidad esencial y definitoria.
Pero un día fue el beso. Hay quien dice que aquellas urnas del 1-M que iban a enterrar a Rajoy y convertir el PP en una ensalada de tiros, un tumulto de cuchillos y un poema lorquiano de navajas. Hay quien dice que ese día o puede que esa noche o a la siguiente, pero por ahí ha sido. Y desde entonces las cañas se han vuelto lanzas, no sale un aseada y falla hasta lo que nunca fallaba: el embalaje publicitario.
El Gobierno parece al mismo borde de la consunción sin haber hecho nada y a punto de pasar a la historia como el más inútil que en la democracia ha sido en España, con un ministro de Justicia que tiene que marcharse por llevar menos papeles que las liebres y uno de Economía que un día dice que a gustito estaría jubilado y otro que quiere no irse al paro, pero todo su gesto indica que el hombre lo único que tiene ganas de echarse una siesta y quitarse de una vez de en medio. Y eso los que se conocen, que la mayoría son ilustres ignorados de cuya existencia nada saben los ciudadanos .
Ahora es que todo se tuerce o se cae. Montan la de Kosovo y acaba la Chacón con un tiro en el pie y la imagen deshilachada. Empiezan a decir que hay luz económica y se pega el trastazo la caja de Castilla La Mancha, que no hay fusión que valga, que tiene que entrar a saco el banco de España y que claro, es de las suyas, con nombres de los de toda la vida . Sacan pecho porque al fin se hará Zapatero muy amigo de Obama y se darán muchos abrazos y hasta bendecirá la Alianza de las Civilizaciones , esa cosa que tienen ZP y el turco y que sólo sirve para que algún pintor demuestre su talento y se haga además de oro. Pues no. Al final Barak Obama dice que , en contra de lo anunciado, a él por allí que no lo esperen, que ya se ven en Praga. Con el resto del personal europeo, claro. Para hacerse alguna foto Zapatero debe de recorrer 22.000 kilómetros y hacérsela con el vicepresidente de USA, ese personaje sobre cuya inexistencia real hacen bromas los americanos.
Los jugadores le llaman racha, los tuareg del Sahara baraka y los entrenadores de futbol, flor en el culo. Las tres cosa parecían inagotables en nuestro querido presidente Zapatero. Y de pronto ni racha, ni flor ni baraka. Se ha trasmutado de golpe en rana.
