Estos días están saliendo los enjambres de las colmenas. La nueva reina levanta el vuelo y con ellas nutridos racimos de obreras y la corte de zánganos que habrán de fecundarla. El primer vuelo es corto. El racimo vivo de abejas apenas recorre unos metros desde su primitivo hogar. El viernes en Albalate, donde Pepe Loeches, ganador este año del premio con su “Cruz Real” a la mejor miel de la Alcarria de Castilla-La Mancha, me está enseñando apicultura práctica con ocho colmenas a mi cuidado, localizo junto a ellas dos enjambres. Recogerlos fue una experiencia inolvidable.
El primero colgaba de un pequeña encima y era muy grande, del tamaño de un balón pero de forma ovoide y no esférica . El segundo estaba casi a ras de suelo en un romero.
Lo inaudito es que las abejas, a cuyos picotazos tanto se teme, dejaban prácticamente acariciar la masa que formaban con las manos limpias, sin atacar en absoluto. Es más , con toda sencillez , Pepe las hizo caer en un cajón y de allí las deposito en una plancha de madera en rampa que daba a la entrada de una colmena vacía. Al principio las abejas se movían sin rumbo y no entraban . Pero de pronto Pepe me señaló una abeja diferente que penetraba por la piquera: “la reina” . Y entonces apelotonándose como si de una procesión de la Semana Santa sevillana en paso estrecho o los japoneses en el metro, el rebañito de abejas se lanzó tras su soberana y pugnó por seguirla dentro. Algunas , con el abdomen levantado comenzaron a agitar las alas. “Están llamando a las otras”. En unos minutos la mayoría había tomado posesión de su nuevo hogar. Y un rato después ya estaban trabajando. Vi como algunas no tardaban en llegar con las patitas impregnadas de polen mientras que otras limpiaban su casa de algún palito o incluso el cadáver de alguna compañera muerta en el trajín y a la que dejaban caer al suelo. “Una colmena es el lugar más limpio del mundo” me dijo Pepe. El tiempo pasa y suena de otra manera observando a las abejas.
Los dos nos hubiéramos quedado horas allí. Desde luego yo mañana estoy deseando volver a ver que hacen. Además ya tengo que ver si a las ocho que llevan tiempo pastando en los romerales ya les hace falta “alza”. O sea el segundo bloque donde ya empezarán a producir miel para mí. La del bloque de abajo es para ellas y sus larvas. También para los zánganos. En una he visto una celdilla especial . Era toda una alcoba real. Dentro habían puesto jalea real. Allí criarán a una nueva reina. Y de allí saldrá con un nuevo enjambre. Las abejas, lo sabrán, son esenciales para la vida. Einstein dijo que si desaparecieran de la faz de la tierra, la vida también desaparecería en cuatro años. Porque sin ella las flores no encontrarían quien las polinizara.
Por cierto que su última enfermedad, que llenó de alarma a Estados Unidos y fue noticia mundial, resulta que era conocida en España hacía cuatro años. Pero nadie,claro, había hecho demasiado caso. Más aun, en el centro de investigación de Marchamalo (Guadalajara) no sólo tenían los detalles sino la única cura que hasta ahora es eficaz, aunque la enfermedad no se ha erradicado.