Y ustedes creerán que yo voy a escribir de política. Y no. Los políticos suelen olfatear esos cambios y montarse en los burros pero en realidad los cambios son bastante ajenos a ellos. Por ejemplo: si la economía va bien el Gobierno dice que es por ellos y si va mal que es coyuntura internacional. Al revés, si la cosa va pésima dicen que nada tiene que ver con ellos y que la culpa es de Bush. Por el contrario , la oposición defiende enconadamente que si el asunto material marcha de primera es por causas generales e internacionales en absoluto atribuibles al gobernante propio y si naufraga le echará a este todas las culpas. Ah! El orden de factores del binomio oposición-gobierno no altera el producto.
Pero no, los tiempos están cambiando al margen de nuestros próceres. La sociedad española está empezando a comprender algo de lo que pasa y que les pasa ya a ellos o está a punto de pasarles. La “crisis” que es como un lobo con la bocas muy negra empieza a percibirse y ya es mucho percibir como algo más que quedarse o poderse quedar en paro. Empieza a saberse que las cosas no van a volver, como después de un mal sueño, a ser igual. Porque no van a ser igual. Quizás es que no estuvo nada bien que fueran como fueron. Nos hemos pasado. Cada uno en su alícuota parte. Hemos tirado la casa, aunque no la tuviéramos pagada, por la ventana. Y ha llegado el tio Paco, para quedarse encima, con la rebaja. Vamos a tener que aprender algunas cosas o recordarlas. Por ejemplo lo del trabajo y el esfuerzo y que ganarse bien la vida ya es mucho y que hacerse rico en dos días de pelotazo ni es normal ni además dura. También que habrá que enseñarles eso a los chicos, eso criados en más me des que más me merezco. Esa generación malcriada de derecho-habientes sin noción de deberes a quienes la permisividad máxima ha colocado muy indefensos ante cualquier tiempo difícil.
Lo que estamos empezando a afrontar en España es duro. Pero de la necesidad tal vez haya que sacar virtud. Alguna senda se había extraviado en la creencia de que Jauja sería cada vez más Jauja. Algún camino de que solo el esfuerzo es de verdad el camino que se consideraba obsoleto, antiguo y hasta carcamal habrá que volver a enseñar si es que queremos de verdad empezar a caminar hacia algún sitio.
O sea, que pensar en trabajar como solución puede comenzar a dejar de ser un despropósito. Quizás porque empecemos a ver que va a ser el único remedio que nos quede. Mientras, claro, nos sigamos quejamos todos amargamente de la crisis. Pero algo habrá que empezar a hacer . Porque con el quejío solo hacen arte los flamencos.
P.D. El sindicalismo español vive sin embargo sus horas más bajas y su mayor descrédito social. Convertido en un tentáculo de apaciguamiento gubernamental, hoy 1º de mayo, en el momento histórico de mayor número de parados en españa (por el momento) se dedica a pastelear y comer paella con los ministros de Zapatero mientras que el lider de UGT le pide a zapatero que «no cambie» de política. Confunden la indiscutible y no discutida cobertura social al parado con la necesaria batalla contra la crisis y por la creación de empleo. Se quedan en el subsidio y viven de la subvención, que el gobierno Zapatero ha aumentado más de un 50%. Su fuerza son cientos de miles de liberados. Los únicos que, por su condición, poco miedo tienen a los despidos.
No mucho mejor es el «sindicato empresarial» que parece tener tan sólo una receta para todo: el despido libre, semanticamente camuflado, claro está.
Están demostrando (y no lo digo en absoluto porque no convoquen una huelga general que sería un grave error y nada resolvería) que no sirven para nada a quienes representan y que empiezan a ser más parte del problema de nuestro mercado laboral que de su solución.