La Marea de Pérez Henares

Los «amigos» de Rajoy

Según la doctrina de los «amigos» y aspirantes a consejeros aúlicos de Mariano Rajoy este debería haber hablado en el Congreso de lo que Zapatero quería que hablara. O sea que entrara mansamente al pico de la muleta de las presuntas propuestas que iban a cambiar el curso de la crisis: 2000 euros por coche, abolir la desgravación por vivienda y rebaja de impuesto de sociedades a algunas Pymes y autónomos. Vamos que se olvidara de lo pasado y lo antiguo, total que son cuatro millones de parados, porque ya hay “brotes verdes” .

Hablar de esas cosas es una antigualla y recordar que se negó hasta la existencia del problema y de la crisis algo de muy mal gusto. Y ya de pésimo estilo exigir responsabilidades a quien tiene la responsabilidad de gobernar.

Si Rajoy tuvo un acierto (tuvo también algunos fallos de cobardía y de no exponer con claridad alguna propuesta o de extender sobre el tapete, por ejemplo, la cuestión energética, la lingüística o la de igualdad de todos los ciudadanos españoles con independencia de comunidad o territorio) fue no dedicarse a discutir sobre las liebres del discurso de ZP que ya a las pocas horas ya maullaban como gatos. Hablar de ordenadores y 2000 euros por coche no era el Debate del Estado de la Nación en una Nación que “produce” 7000 parados al día. Y eso será cada vez más visible cuando se disipen los vapores y se despeje este ambiente de barco en una botella que se crea siempre en el hemiciclo de la carrera de san Jerónimo.

En los pasillos, entre los pasilleros y entre no pocos periodistas existe un creciente síndrome . Muchos siguen abducidos. Como esas encuestas que esta vez ni a pesar de las cocinas y las trampas de muestreo (a Zapatero se le unen por la simpleza de la pregunta los nacionalistas e izquierda no PSOE que siempre lo contempara “mnenos malo”) se atrevieron a proclamar al presidente vencedor. No se atrevieron a servir el plato y concedieron un empate que tiene lectura, dados los antecedentes, de incuestionable éxito. El líder popular ganará antes las elecciones que decir una encuesta que ha ganado algún debate.

Los “amigos” de Rajoy, que son los mismos que tenían ya preparada toda una ofensiva mediática para echarlo, porque son ante todo mediáticos y ahí tienen sus bases, la tarde de las elecciones gallegas que le daban por perdidas tras haber hecho todo lo que en su mano estaba para que las perdiera y además se estrellara a lo grande en el Pais Vasco , lo hubieran criticado ferozmente si Mariano hubiera hecho en el Debnate lo que hoy le exigen. Le hubieran tildado de “maricomplejines” como han hecho durante años. Ayer lo pusieron a escurrir por lo contrario. Porque da igual. Intentarán socavarlo por una razón y lo minarán por lo contrario. Esta derecha “esencial” es algo inaudito en el panorama político español: sueña con que su parido se de la peor de las bofetadas y son capaces de apoyar a quien sea con tal de destruir a quien detestan. Tal vez porque no han podido manipularle o ya no pueden hacerlo a su antojo.
El frente “anti Rajoy” que había quedado aplanado tras la victoria gallega del PP hizo un amago de volverse a encrespar de nuevo pero acabó volviendo a solaparse entre sombrajos y algún denuesto contenido. Su sueño es la derrota. Entonces es cuando , suponen, llegara su hora. Pero quizás, suceda lo que suceda, en estas elecciones y en las por venir, ellos ya hace tiempo que se han quedado fuera de juego.

P.D. Planteo el asunto desde fuera y desde cierta lejanía. Como simple observador de una pelea, la que se libra por el poder en el PP, donde, a pesar de no irme nada personalmente en ella, acabo por tener simpatías por quien no solo debe combatir a sus rivales “naturales” sino que tiene su verdadero peligro mortal en sus presuntos amigos y “compañeros” de partido.

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Autor

Antonio Pérez Henares

Ejerce el periodismo desde los 18 años, cuando se incorporó al diario Pueblo. Ha trabajado después en publicaciones como Mundo Obrero, Tiempo, El Globo o medios radiofónicos como la cadena SER. En 1989 entró al equipo directivo del semanario Tribuna, del que fue director entre 1996 y 1999. De 2000 a 2007 coordinó las ediciones especiales del diario La Razón, de donde pasó al grupo Negocio, que dirigió hasta enero de 2012. Tras ello pasó a ocupar el puesto de director de publicaciones de PROMECAL, editora de más de una docena de periódicos autonómicos de Castilla y León y Castilla-La Mancha.

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