¿Saben ustedes cuando fue hasta este mes la última vez que estadísticamente bajó el paro en España?. Pues hace 14 meses, marzo del 2008 . Lo hizo en 14.356. Subió luego durante catorce meses de manera vertiginosa y galopante hasta estas cifras angustiosas. Y ayer, catorce meses después, volvió a bajar. ¡Que curioso ¡. El paro solo baja de elección en elección. Porque en marzo fueron las anteriores y a boca de estas de junio es cuando nos anuncian la buena nueva. ¡Que casualidad!.
Dios me libre de ser un ápice mal pensado e insinuar siquiera que en los datos hay maquillaje, trampas, cursos , limpias y purgas y que todo se ha hecho ( hasta esos contratos limosneros de los ayuntamientos efímeros y precarios) únicamente para lograr dar esa noticia a boca de unas urnas que le pintan mal al gobierno. ¿Cómo voy a pensar que se han apresurado a día dos a soltar el dato para que se convierta en la estrella de los mítines finales de aquí al viernes en los que ZP anuncie ya la resurrección? . No puedo ni debo hacerlo porque eso sería ser un antipatriota y un catastrófista, negar la evidencia de que la crisis ya está vencida y dando las boqueadas y que de aquí a nada volveremos al país de las maravillas por obra y gracia de Zapatero.
Nos lo tenemos que creer todo, debemos comulgar con “brotes verdes”, cerrar los ojos a lo que a nuestro alrededor pasa y dejarnos conducir mansamente a la urna . Esa es nuestra condición y nuestro destino.
Nada desea la sociedad española con más intensidad que el drama del paro comience a remitir. No alegrarse de un buen dato supondría ser un canalla. Todos vivimos angustiados por los que a nuestro alrededor, familiares y amigos, se han quedado sin trabajo. Todos en mayor o menos medida tememos por nuestro puesto de trabajo. Y seguimos viendo como sigue cayendo pedrisco y que la tormenta en absoluto cesa. Lo sabemos porque lo estamos viendo y sintiendo en nuestras carnes o en las más próximas.
No voy pues a cuestionar el dato y ¡ojalá! sea el preludio de una verdadera recuperación. Pero de la misma manera jugar estadísticamente con el, manipularlo con fines electorales, mentir en ello a esos millones de familias si que supondría una auténtica infamia, la peor que a mi juicio puede cometer un gobierno. La más miserable.
El paro es nuestro drama, la crisis nuestra losa, el futuro nuestro temor. No nos mientan , por favor, que ya nos han ocultado bastante, que ya nos han engañado demasiado. En esto, no.
