Las elecciones no se llevan la crisis ni acaban con el paro. Haya ganado el PP, que ha ganado, o hubiera ganado el PSOE, que ha perdido, aunque Zapatero haga como que silbe y que con el no va la cosa después de haberse dejado el resuello en los mítines.
Pero lo que me pinta que van a haber socarrado las urnas sean los famosos “brotes verdes” de la pastoril vicepresidenta Salgado. A lo mejor es que nacieron únicamente como “atrezzo” del circo electoral y desaparecen igual que las banderitas, los globos y los carteles del señor “caricatura”, que ha perdido hasta en su casa de Canarias. En las anteriores hubo casi empate pero en estas el PP le ha sacado cinco puntos.
No hay elecciones hasta el 2011, cuando tocan las municipales y autonómicas, aunque los catalanes si que tendrán que ir a votar en 2010 en las suyas, donde CiU amenaza cada vez más el tripartito y lo que allí pase pueda ser la tercera en la frente de ZP tras Galicia y lo del domingo pasado. No hay elecciones y por tanto sería el momento de que, aunque fuese ya muy tarde, nos dijeran la verdad en vez de andarse con esas milongas de que si hemos tocado fondo, que si lo peor ha pasado y que si la Salgado trotará en breve por un prado de frescos pastos.
La verdad es mucho menos bucólica. Nuestra economía es un motor gripado, que necesita de una reparación a fondo y recambio de piezas, que exige medidas urgentes, planes estratégicos y mecánicos que entiendan del asunto en vez de curanderos que repitan salmodias. Ya vale de monsergas y al tajo porque si no tajo, lo que se dice tajo, no va a haber para nadie.
No sería cosa baladí empezar, por ejemplo, por el sector energético. Ahí esta la central nuclear de Garoña para abrir de una vez el debate y tomar decisiones. Zapatero lo ha hurtado y ocultado a la ciudadanía en la campaña electoral pero es el momento de afrontar el asunto y hacerlo de verdad. Ya no sólo es el cierre de la central nuclear, desaconsejado por el Consejo de Seguridad Nuclear y considerado un “despilfarro” hasta el propio periódico gubernamental El País, sino plantear nuestro modelo y nuestras dependencias y actuar en consecuencia. Esa es una prioridad, eso lo que en verdad interesa a la Nación y no los éxtasis de Leire Patín o las insensateces de la Aido.
Sin olvidar, claro esta y ante todo el esencial problema. El paro y como lo combatimos. No como los subsidiamos, que es lo único de lo que quiere hablar el gobierno, sino de cómo luchamos para conseguir crear empleo. ¿Es ya tiempo o hemos de esperar a cifras aún más espantosas para que España se platee un plan de emergencia nacional por el empleo?. Por que es una emergencia nacional y es hora de abordarla ahora que se han acabado los mítines y las caricaturas.
